Nuevos modelos familiares, viejos roles

Revista del CPM número 14

Por Enrique Saracho Rotaeche

“NUEVOS MODELOS FAMILIARES,
VIEJOS ROLES.
POR UNA PSICOLOGÍA SOCIAL PSICOANALÍTICA”

Indice

1.- PRESENTACIÓN 3
2.- LA RELACIÓN INDIVIDUO-FAMILIA-SOCIEDAD 4
3.- SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA ACTUAL 5
4.- UN POCO DE HISTORIA RECIENTE 6
5.- NUEVOS ESCENARIOS 7
6.- LOS MODELOS DE FAMILIA PREDOMINANTES HOY 7
7.- DOS TIPOS DE CAMBIO 9
8.- LA FUNCIÓN DE LA FAMILIA EN LA CRIANZA. 11
9.- CONCLUSIÓN 12

 

 


 

1.- Presentación

Muy buenas tardes, soy Enrique Saracho Rotaeche, psiquiatra, psicoanalista, psicodramatista, y especialista en intervención comunitaria. Tengo el gusto de dirigir el grupo de trabajo ediren, cooperativa de salud-osasun cooperativa en Vitoria-Gasteiz.

Agradezco al Centro Psicoanalítico de Madrid y en especial a Ana Gutiérrez la oportunidad que me ha dado de poder mostrar por primera vez a este cualificado auditorio una parte del trabajo con grupos de reflexión de padres y madres que realizamos en ediren y que, entiendo constituye una aportación del psicoanálisis a la psicología social y a la intervención comunitaria muy útil en los tiempos actuales. El trabajo con estos grupos más que en al ámbito de la terapia se puede incluir en el impreciso ámbito de lo que hoy se llama intervención psico-social o socio-educativa. Lo venimos realizando desde hace más de 10 años en los más diversos encuadres institucionales y en ediren ya lo hemos incorporado como un valioso complemento de nuestra tarea clínica diaria.

Mi propósito no es entrar en sesudas disquisiciones teóricas sino más bien debatir sobre las propuestas de intervención que el psicoanálisis y el psicodrama ofrecen actualmente en respuesta a las problemáticas sociales que afectan a las formas de vida de las familias de hoy y de aquí.

Este trabajo esta basado en las propuestas de la psicóloga social argentina afincada en Madrid desde 1975, la Dra. Mirtha Cucco. Ha diseñado un tipo de intervención en grupo muy específica para abordar la problemática psicosocial que ha llamado Grupo Formativo (Cucco, 2006). Este es un abordaje se encuadra dentro del camino que va del psicoanálisis hacia la psicología social abierto por Enrique Pichón-Rivière y Marie Langer y continuado por sus seguidores de la escuela de psicología social argentina: Armando Bauleo, Hernán Kesselman y “Tato” Paulosky entre otros. Todos ellos y ellas psicoanalistas con grandes inquietudes sociales.

 

2.- La relación Individuo-Familia-sociedad

Como vamos a ver más adelante, la familia es una institución dinámica sometida de forma indudable a la influencia de los cambios sociales en los modos de vida. A través del proceso de crianza el grupo familiar tiene un papel clave en el desarrollo de la personalidad de los sujetos. Pero cómo responde el psicoanálisis a la pregunta:
¿Cómo afectan los cambios en el entorno social a la familia, a su estructura y a la forma en que ejerce su importante función en la crianza?

El mismo Freud, en sus obras más tardías, muestra una creciente preocupación por temas sociales. En sus obras “Psicología de las masas y análisis del yo”, “El malestar en la cultura” o “Moisés y la religión monoteísta” da una importante relevancia a los determinantes sociales como generadores de neurosis en los individuos. Sin embargo pocos autores psicoanalíticos se han ocupado de describir la forma en que una determinada cultura se cristaliza no sólo en una psicopatología particular sino también en una forma de estructuración de la personalidad supuestamente sana. M. Cucco lo ha hecho y para ello coloca al grupo familiar y al ejercicio de los roles de madre y padre como eslabones clave que vinculan la estructura social y el desarrollo de la personalidad individual. Dar cuenta de este interesante proceso excedería la extensión de la presente exposición por ello hoy me voy a centrar únicamente en describir los diferentes modelos familiares actuales según los datos extraídos del trabajo con grupos comunitarios de Padres y Madres de hoy que ediren, cooperativa de salud-osasun kooperatiba viene realizando desde su creación aplicando el método de trabajo antes mencionado. Esto nos va a permitir cumplir tres objetivos muy útiles en las práctica clínica como son:

· Realizar un diagnóstico social de los modelos familiares que encontramos con más frecuencia en nuestra práctica diaria.

· Analizar la evolución del grupo familiar en las últimas décadas y comprender mejor los cambios en la formulación de sus demandas de atención clínica.

· Valorar la forma en que cada modelo determina el ejercicio de la función madre y la función padre predisponiendo la aparición de unas patologías y no de otras.

Tras la descripción de los modelos, intentaré demostrar que aunque los modelos de familia han cambiado mucho, los roles asignados desde una carga cultural a la figura del padre, la madre o los hijos e hijas tienen una gran tendencia a perpetuarse, independientemente de quién los ejerza. Busco abrir puertas a la comprensión de la génesis y transmisión intergeneracional de los estereotipos sociales y su evolución reciente con el fin de desmitificar el modelo familiar predominante y propiciar cambios superadores de prejuicios.

3.- Sociología de la familia actual

El censo del año 2001 realizado por el INE aporta datos reveladores de los cambios que se han producido en la estructura de la familia en la última década.

Vayan algunos datos de muestra comparativos con el censo de 1991:

· Aumento en un 82% de los hogares unipersonales

· Aumento de un 209% (2,4 % del total de hogares) de jóvenes solteros entre 25 y 34 años que viven solos, especialmente varones.

· Disminución en un 42% de las familias con 3 hijos o más.

· Aumento de un 22% de las parejas sin hijos-as.

· Aumento del 51% de los jóvenes entre 25 y 34 años que viven con sus padres, lo que representa el 38% de todos los jóvenes de esa edad (43,5 % de los varones y 31,7 % de las mujeres).

· Aumento del 155% de las parejas de hecho, que representan un 6 % de todas las parejas.

· El 3,6 % de las parejas con hijos corresponden a familias reconstituidas. Este porcentaje sube al 33,8% en el caso de las parejas de hecho no formadas por solteros.

· Aumento de un 41% de madres solas que viven
con sus hijos-as.

· Aumento de los hombres separados que viven solos.

· Las parejas homosexuales censadas representan el 0,15%.

Se esta produciendo un proceso de atomización de la familia donde los hogares españoles cada vez están compuestos por menos miembros. Aumenta la edad de todos los miembros y se retrasan los procesos del ciclo vital (ej.:emancipación, emparejamiento, maternidad). Disminuye drásticamente la natalidad. Aumentan las rupturas matrimoniales y las personas que viven solas.

Estos datos se explican por el aumento imparable de la esperanza de vida, la reducción del paro, el acceso generalizado de la mujer al trabajo cualificado y la consecuente incorporación del hombre en la crianza de los hijos e hijas, el retraso y la drástica reducción de la natalidad, la agilización del divorcio, la dispersión geográfica, Los avances en la reproducción asistida, el auge de la adopción y la aceptación social de la homosexualidad.

Todos ellos son cambios en nuestra sociedad que en la última década han generado un fuerte impacto en la institución familiar.

 

4.- Un poco de historia reciente.

La forma de organizar la vida familiar era mucho más rica y variada en el pasado que ahora. El modelo de familia extensa permitía una crianza mucho más compartida donde los abuelos, tíos, primos, e incluso vecinos, tenían un papel mucho más relevante que hoy.

Durante la época del desarrollo industrial que sigue a la post-guerra en los años 50 y 60 se produce un fuerte desarrollo económico que generalizaba el acceso a una vivienda y generó importantes movimientos migratorios hacia las ciudades. Estos cambios económicos crearon una importante revolución en la institución familiar haciendo entrar en crisis el modelo de familia extensa de la España rural. Se debilitó poco a poco la autoridad del patriarca y los lazos afectivos basados en el parentesco. La industrialización provoca que la gran diversidad de los modelos familiares del pasado se reduce a un solo estereotipo dominante: la familia núcleo. El número de integrantes de la familia que viven bajo el mismo techo se reduce progresivamente al núcleo Padre-Madre-Hijo y/o Hija y los lazos con el resto de la familia pierden peso.

 

5.- Nuevos escenarios

Estos cambios han generado nuevos escenarios para la institución familiar.

En la última década ha aumentado la frecuencia de familias que no se ajustan a este modelo nuclear como son las familias monoparentales, las familias reconstituidas, las adopciones realizadas por personas solteras o las familias con progenitores homosexuales. En algunos sectores se habla de que la institución familiar esta amenazada y con ella el futuro de las nuevas generaciones. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿esta realmente la familia de hoy en crisis?
Para ver esto primero describiremos los modelos de familia predominantes hoy.

 

6.- Los modelos de familia predominantes hoy.

Podemos diferenciar tres modelos de familia nuclear que aunque se originaron en épocas históricas diferentes, hoy coexisten. Vamos a hablar de modelos predominantes sin intentar abarcar el espectro completo de tipos de familias que sabemos es más amplio. Buscamos modelos estructurales básicos que nos ayuden a entender todos los demás.

Modelo Paterno-Materno-Filial

Aunque también se le suele llamar modelo tradicional y se originó en los años 50 no es un modelo pasado. Actualmente esta recobrando vigencia. Nos referimos a la familia donde los roles están muy diferenciados el hombre se ocupa del trabajo fuera de casa y representa el sostén económico de la familia mientras la mujer organiza todo lo que tiene que ver con la crianza de los hijos y el cuidado de la casa. La toma de decisiones de todo lo relacionado con el afuera de casa (ej.:lo económico, lo administrativo, lo vecinal, lo social) queda en manos del hombre mientras que todo lo referente al adentro de casa es decidido por la mujer (ej.:la educación de los hijos, la salud, lo doméstico, la decoración). Esta es una organización muy eficiente que resuelve muchos problemas y a la que se están sumando un número creciente de parejas jóvenes. El marido adopta una posición jerárquica superior (aparente) ocupando el lugar de cabeza de familia, herencia del modelo patriarcal. La mujer hace de la maternidad el principal sentido de su vida. Es el modelo de la media naranja donde cada uno renuncia a una parte suya que es complementada por el otro o la otra.

La crianza se basa en un incombustible vínculo Madre-hijo o Madre-hija donde el padre ocupa un papel periférico. La educación de los hijos viene marcada por el autoritarismo arbitrario del padre y la función de la madre como mediadora-cómplice de los hijos. Las relaciones se basan en un pacto de fidelidad al origen que garantiza el apoyo mutuo y la protección incondicional. La familia es “lo que nunca falla”. Los procesos de separación y desprendimiento quedan muy dificultados.

Modelo del cambio

Viene derivado del anterior a consecuencia de movimientos que se producen fundamentalmente por iniciativa de la mujer. Se origina con los cambios de los finales de los 70 y principios de los 80. El acceso de la mujer a los estudios y su incorporación en el mercado laboral y su liberación sexual propiciada por la llegada de los anticonceptivos y el divorcio son algunos de los factores determinantes de este modelo.

Bien enseñada por su madre (que pertenece al modelo anterior) ella ha estudiado duro y se ha marcado la independencia económica como objetivo irrenunciable. Gracias a su abultado currículo consigue un trabajo cualificado que compatibiliza con el gimnasio, una rica vida social y su pareja. Cuida su imagen y su alimentación con el mismo esmero que su formación continuada. El hombre apoya todos estos cambios, aprovecha toda oportunidad para demostrar que no es machista y se convierte en el gran colaborador. Se incorpora a las tareas de crianza de los hijos con más entusiasmo que a las labores domésticas que también comparte. En el plano doméstico el hombre comparte tareas pero no responsabilidades que son las que siguen cargando a la mujer que se convierte en mujer de doble jornada.

La distancia jerárquica entre padres e hijos queda borrada y su educación se basa en la paridad, el dejar hacer y el mandato de prohibido prohibir.

Este es un modelo presenta gran conflictividad en la relación matrimonial y especialmente en la relación con las hijas e hijos adolescentes que infructuosamente demandan límites con provocaciones crecientes. Los desprendimientos siguen igual de obturados que en proceso anterior
o quizá más.

Modelo Post-moderno y neo-tradicional.

Este modelo se origina en los 90 y viene determinado básicamente por el supuesto fracaso del modelo anterior al que se achaca de inestable cuando no caótico. Las siguientes generaciones una vez más no quieren reproducir la forma de vida de sus padres y adoptan dos posturas contrapuestas o vuelven al modelo anterior de fiabilidad comprobada reproduciendo un modelo neo-tradicional o bien renuncian a los compromisos familiares viviendo solos, formando parejas o familias de fin de semana y en no pocas ocasiones renunciando a tener hijos.

 

7.- Dos tipos de cambio

Las formas de vida familiar evolucionan a gran velocidad pero, no ocurre igual con las referencias sociales que marcan lo que debe ser un buen Padre o una buena Madre. Esto somete los cambios en la familia a dos velocidades contrapuestas: la rapidez con la que cambian sus formas de vida y la lentitud con la que cambian sus formas de concebir la institución familiar. Cuando los padres y madres de hoy intentan encajar su forma de vida con los esquemas preconcebidos que tienen interiorizados de lo que debe ser una familia pasan muchos apuros y enfrentan dolorosas contradicciones.

Es fácil comprender como los cambios sociales generan cambios en las formas de vida y particularmente en la organización de la vida cotidiana de las familias. Entendemos lo que supone para una familia el que ambos progenitores trabajen fuera de casa. Sin embargo es más difícil entender como evolucionan, los estereotipos, los modelos, las costumbres o las referencias ideológicas en las que basamos lo debe ser una familia y que determinan el ejercicio de los roles familiares en la cotidianeidad.

El peso de la herencia socio-cultural y nuestra capacidad de reproducir y perpetuar estereotipos sin darnos cuenta es más grande de lo que pensamos. Hasta cuando intentamos cambiar radicalmente, rechazando violentamente nuestra herencia podemos estar reproduciendo estereotipos. Cambiar no significa hacer lo contrario de lo que se hacía antes de forma reactiva. Podemos cambiar el envase con facilidad pero cambiar el contenido es un proceso mucho más laborioso. Cambiar nuestra forma de pensar es más fácil que cambiar nuestra forma de organizar la vida familiar. Existen estereotipos heredados desde hace siglos que llevamos interiorizados desde temprana edad y que se reproducen en las acciones cotidianas de forma automática. En determinados grupos de edad es natural que una mujer, de fuertes convicciones feministas, se levante de la mesa la primera a por el segundo plato y sirva la comida, es natural que recuerde mejor que su marido cuando hace falta comprar las medicinas de su hijo o la fecha de la reunión con los profesores.

¿Por qué reproducimos modelos que nos resultan insatisfactorios?. ¿a quién beneficia que se perpetúen determinados roles? No debemos olvidar las presiones del entorno social y mediático para reproducir determinados estereotipos familiares favorecedores del consumo. Todos no nos podemos equivocar de la misma manera y al mismo tiempo. Existen poderosas fuerzas sociales que influyen en nuestra forma de vida y nuestro comportamiento cotidiano.
El auténtico cambio es un proceso laborioso que se realiza de dentro hacia fuera y muchas veces requiere ir en contra corriente, romper esquemas establecidos. Requiere de una reflexión que permita reconocer las contradicciones en los roles heredados de nuestra carga histórico-cultural que tenemos interiorizadas. Solo después, podremos evaluar qué partes de esa herencia son buenas y debemos preservar, no todo lo viejo es siempre malo, y que partes de lo que se nos presenta como nuevo no constituyen verdaderos avances, no todo lo nuevo es siempre bueno. Este es un duro trabajo de lectura crítica y de síntesis que consiste en rescatar lo valioso de las costumbres y la tradición e integrarlo con lo que suponen avances superadores de las nuevas ideas o formas de vida que se nos proponen hoy en día. Esta tarea no se realiza de forma espontánea y se hace mucho mejor en grupo.

 

8.- La función de la familia en la crianza.

La función de la familia no depende tanto de su constitución o estructura sino de la forma en se ejercen dos roles principales:

· El que brinda nutrición, sostén, cariño y confort. (función Madre, en el modelo tradicional)

· El que ejerce la autoridad, pone límites y protege. (función Padre, en el modelo tradicional)

Conviene que hagamos la distinción entre la función o el rol y la persona que lo ejerce. ¿Cuántas veces hemos escuchado a un progenitor de una familia monoparental decir: ¡tengo que hacer de padre y madre a la vez! A las criaturas no les importa quién realice la función sino cómo. Mientras sus necesidades queden cubiertas les importa poco el género, la edad, religión u otras características de sus cuidadores. Es su competencia para contener ansiedades y trasmitir cariño y para poner límites con firmeza lo que les da la seguridad que necesitan para crecer, lo que les hace sentirse cuidados y dar pasos hacia la autonomía.

Si analizamos con más detenimiento la forma en que se ejercen estas funciones de crianza en los modelos de familia expuestos anteriormente comprobaremos que todos reproducen los mismos roles aunque cambien de personas. Todos perpetúan grandes carencias en la contención de ansiedades y en el ejercicio de la autoridad. Todos reproducen vínculos de dependencia que no favorecen los desprendimientos.

La frecuencia de los modelos familiares digamos alternativos aunque ha aumentado considerablemente en los últimos diez años y nos puede dar una idea de falsa pluralidad sigue siendo hoy por hoy minoritaria.El modelo de familia núcleo (Padre, Madre, hijo e hija) tiene hoy más fuerza que nunca en la historia en la sociedad occidental industrializada y sigue marcando las referencias sociales principales para el ejercicio de los roles en los demás modelos.

Las personas que forman parte de los modelos alternativos de familias a la hora de ejercer sus funciones beben de las mismas fuentes y también reproducen los mismos roles diseñados en el modelo de familia nuclear en sus relaciones familiares y especialmente en la crianza. Afrontan la tarea de cuidar y educar a su prole en las mismas condiciones que las familias que pertenecen a los modelos más convencionales, con sus mismos excesos y carencias. En su afán por equiparar su estatus social al de las familias digamos “normales” pueden llegar a reproducir incluso con mayor fuerza los estereotipos sociales tradicionales en el ejercicio de sus funciones.

9.- Conclusión.

El gran aporte que nos traen los modelos alternativos de familia es que nos demuestran que la institución familiar es una forma de organización de nuestro modo de vida que debe estar al servicio de las necesidades de sus integrantes y no al revés. Nos recuerdan que la
familia esta hoy en crisis de la misma manera que lo ha estado siempre ya que es una realidad dinámica, no inmutable, que debe evolucionar para poder responder a unas necesidades de desarrollo cambiantes. Nos permiten tomar distancia y cuestionar unos estereotipos sociales muy empobrecidos no solo heredados de del pasado reciente, sino también, perpetuados y promocionados con mucha fuerza por la sociedad de consumo industrializada actual.

Lo trascendente para las futuras generaciones no es tanto la orientación sexual de sus progenitores sino la posibilidad de disponer de un lugar estable al servicio del crecimiento de todos los que viven juntos y no de unos a costa de otros. En mi opinión, el grupo familiar de hoy enfrenta retos desconocidos hasta hoy que no podemos evaluar según las referencias de unos estereotipos de nuestro pasado reciente que no están exentos de contradicciones. La institución familiar de hoy ha de reinventarse con urgencia y esto es muy bueno para su salud. El psicoanálisis y la psicología social tienen un importante papel en estos tiempos de confusión para definir algunos criterios que permitan orientar a las familias a la hora de construir esos cambios día a día.

CUCCO, M. (2006): “ProCC: Una propuesta de intervención sobre los malestares de la vida cotidiana. ATUEL, Buenos Aires.

Enrique Saracho Rotaeche. Psiquiatra, Psicoanalista, Psicodramatista, y especialista en intervención comunitaria.
Director del grupo de trabajo Ediren, cooperativa de salud-osasun cooperativa en Vitoria-Gasteiz.