Miguel Ángel Materazzi pasa por Madrid

por | Revista del CPM número 20

Pilar de Miguel
Psiquiatra, Psicoanalista.
Miembro del Centro Psicoanalítico de Madrid

Profesor de la Universidad de Buenos Aires, ex director del Hospital J T Borda, ex director Provincial de Salud Mental,  Materazzi  se presenta como un psiquiatra  con formación y práctica pscicoanalítica en muchos aspectos.  Al principio de su trabajo, años sesenta, fue ”la época dorada del psicoanálisis y de la psiquiatría “, donde “prácticamente todos los colegas del hospital hacían grupos y terapias  relacionados con el psicoanálisis”,  Allgo más tarde se hicieron grupos con Massota entre otros.  “ Hacía señalamientos, interpretaciones, incluso llegué a  tener un diván precioso.  Estaba  muy interesado en el Psicoanálisis y la Filosofía. Pero también en el Arte, la Sociologia, la Literatura, el Cine”. Sin un bagaje cultural no se puede trabajar bien, no se entiende a los enfermos, que el prefiere llamar sufrientes.

“Mi institución siempre estuvo abierta al psicoanálisis: llegamos a tener un Centro de Atención Psicoanalítica de las Crisis”.

Para entender y no solo comprender al paciente es necesaria una escucha adecuada. Tener tiempo para estar con él y crear un vínculo”. Se sorprende así de  que se reclame una asistencia de siete minutos en la Asistencia Primaria: “Hay que ser un mago para poder saber qué le pasa al paciente con menos de ese tiempo”. O darle un medicamento sin apenas escucharle. Ni taponar con medicación ni con interpretaciones magistrales. Comentamos cómo la cronificación muchas veces es el resultado de un mal diagnóstico, incluido aquí el hacerse cargo de lo que le pasa al paciente, y de una  dispensación  automática de medicación. El mismo Henry Ey, que era sólo psiquiatra,  comentaba que  la psicoterapia no puede faltar, además de la medicación. Pero hay psiquiatras que incluso están en contra de la psicoterapia  y así se lo dicen a sus pacientes  y muchas veces les inundan de medicación, dosis altas desde el principio, con poco cuidado ante los efectos secundarios, que, según los Laboratorios,  no son importantes. Los psicofármacos no curan ni son “específicos” como pregona la industria.

Uno de los medios terapeúticos más trabajados por él es el PSiCOCINE . “Lo creamos porque estábamos en un Servicio de Psiquiatría que abordaba la psicosis de una manera no convencional: expresión corporal, expresión literaria, plástica, teatro. Llegue a tener cinco mil expresiones plásticas de esquizofrénicos. Además, me gustaba el cine . No se trataba de ver una película y comentarla; lo llamábamos Psicoterapia grupal programada-Psicocine que es diferente de la libre discusión con los neuróticos.  En la primera época trabajábamos con psicóticos y luego con drogadictos. El coordinador tiene que tener una actitud más activa para tratar las escisiones  y engarzar las ideas e ir delegando el liderazgo en el grupo. Lo primero era la terapia; la película podía surgir tras trescientas o quinientas horas de trabajo grupal.  Eran los propios pacientes quienes configuraban un tema  e incluso lo interpretaban.

Tomando a Kaplan, se trataba de  prevención primaria  pero además los pacientes se rehabilitaban: salen de un grupo marginado a un grupo de prevención en la comunidad donde ellos son los docentes. Esto es importante porque vimos que la mitad de los profesionales, abogados, pero también médicos y enfermeras, tenían un prejuicio en contra  del enfermo mental.

Pero además  tiene que haber un programa específico permanente, que no sea solo  la producción de un film.  Y que se vea una continuidad con la “normalidad”; que la gente que vea el film pueda pensar que  eso que llamamos locura también le podría  pasar a él en determiandas circunstancias-…-

“En una línea parecida e inspirándome en un programa de la TV argentina que se llamaba “Cosas Juzgadas” : casos judiciales mal sentenciados ,   al dejar el hospital ,hice una especie de Psiquiatría Juzgada, analizando porqué en algunos casos se había acabado en la cronicidad .Se había llegado a ello a través de diagnósticos y tratamientos mal hechos ,como pasaba también  también con la “medicalización” en el posparto, la menopausia, etc que se prolonga a veces demasiado.”

“A mí me capturó más el Psicoanálisis que la Psiquiatría y me di cuenta  de que se puedetomar cosas de aquel sin ser psicoanalista.  Creo que no hay que ser rígido en nada: aquello de tres horas a l a semana, diván en todos los casos, etc. “-….-

“Cuando sucedió el golpe militar, hubo un retiro del psicoanálisis a los gabinetes. No se podían hacer reuniones ni terapia grupal. Fue un empobrecimiento en todos los aspectos.

Al volver la democracia, luego de una noche oscura, el Hospital Borda siguió su camino anterior creándose un Centro de Formación Psicoanalitica por primera vez en un hospital. Volvieron numerosas escuelas a frecuentarlo pero también la generalización de las técnicas cognitivo-conductuales. En el ámbito de la Salud Mental ha habido períodos de enamoramiento de ciertas ttécnicas prágmaticas que luego manifiestan sus limitaciones, por lo que creo que la estructura científica sólida del Psicoanalisis volverá a tener primacía”.