El tic patológico

31 enero 2024 | Factor Psi

Por Rómulo Aguillaume

El jefe de la oposición Alberto Nuñez Feijóo pide un especialista porque la risa, la del Presidente, denota un tic patológico. Un juez le llama, al Presidente, psicópata sin límites éticos.

La clase política y judicial parece tener criterios sobre salud mental.

Antes o después la salud mental aparece en el discurso político. El adversario es cuestionado desde su salud mental o, en otros casos, los profesionales de la salud mental se atreven a intervenir con el riesgo que esto supone desde que surgió la regla Goldwater y que está vigente para los miembros de la Asociación Psiquiátrica Americana. Dicha regla dice:

“En ocasiones se pide a los psiquiatras su opinión sobre un individuo que está expuesto a la luz pública o que ha difundido información sobre sí mismo a través de los medios de comunicación. En esas circunstancias, un psiquiatra puede compartir con el público su experiencia sobre temas psiquiátricos en general. Sin embargo, no es ético que un psiquiatra ofrezca una opinión profesional, a menos que haya llevado a cabo una evaluación y le hayan dado la autorización pertinente para difundir dicha opinión”.

No parece muy clara la regla: ¿se puede, o no se puede emitir una opinión a partir de la conducta pública de un sujeto? Se puede pero no es ético.
En el caso de nuestro presidente, ante la perplejidad por sus cambios de opinión, se acudió a la ética. Pero no fue suficiente, posiblemente cuando la ética no da el rendimiento esperado se acude a la condena mental. Pero aquí ya hay que llamar al especialista, aunque más parece una concesión elegante y no muy necesaria. El psiquiatra llega después del diagnóstico.

No fueron las mentiras —cambios de opinión— las que condicionaron el diagnóstico, fue una risa un poco forzada y desde luego prolongada, la que determinó el diagnóstico: trastorno adaptativo y trastorno por estrés agudo.

Mucho diagnóstico para tan poco síntoma, sobre todo teniendo en cuenta que los cambios de opinión si parecen más alarmantes para una mirada Psi.

R. Aguillaume

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