A la hora de presentar los trabajos de este número de la Revista me preguntaba como podría titularlo.
“Itinerarios posibles” podría ser un modo de aproximación, recordando lo que Piera Aulagnier llama “las cuestiones fundamentales de la teoría propias de cada analista” 1.
¿Itinerario del analista?¿itinerario del sujeto-supuesto –saber a sujeto-supuesto- ignorante? ¿itinerario de quien demanda análisis?¿ itinerario del encuentro de ambos? tal vez, itinerario en una realidad que nos demanda la tarea de ligar lo ya-conocido, de una teoría , y lo no-conocido (aun) del discurso que escuchamos.
Los textos que hoy incluimos están extraídos de los que se presentaron en el último Congreso de la I.F.P.S, en octubre de 2008 , en Santiago de Chile. El titulo de la convocatoria era “Identidad y globalización. Los nuevos desafíos del Psicoanálisis”.
Es el tema de la Identidad, un tema candente en relación a la globalización. ¿Cuáles son los efectos? ¿Cuál es ese discurso de la globalización y a qué nos enfrenta en los trabajos de constitución de la Identidad?
Marcelo Viñar, en la entrevista que tuvimos ocasión de realizar, señala varias de estas cuestiones: que el psicoanálisis representa una cultura alternativa, en resistencia a la moda actual y que si se adapta muere como psicoanálisis. Invitación al psicoanálisis que convoque al sujeto autoteorizante, invitación a que los psicoanalistas mantengan una relación de parentesco con la teoría pero no de subordinación o sometimiento, invitación a un psicoanálisis que pueda pensar la Identidad en itinerancia y sin la fijeza con la que se piensa en otros ámbitos. Muy oportunamente, recordó Viñar los versos de Machado para ejemplificar esto que él decía: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”
El trabajo de Rómulo Aguillaume, “Imaginario social y discurso psicoanalítico”, discute la supuesta crisis del psicoanálisis y la critica que se le hace a éste como modelo teórico (frente a la neurociencia), como praxis (frente a lo conductual y la farmacología) y a la supuesta pérdida de lo subversivo de su discurso (dado que la sociedad actual no es aquella de Freud). Se pregunta Aguillaume acerca del lugar del psicoanalista, y cual puede ser el lugar actual para pensar “la incidencia que sobre el sujeto psíquico operan los cambios sociales y denunciar los que son incompatibles con su desarrollo”.
También los efectos de la actual economía social sobre la economía psíquica, de la perdida de las diferencias culturales, de las nuevas formas de colonización, de la sociedad de consumo (con el mandato de “a mayor gasto, mayor pertenencia” ) son abordadas por Marta Giusti y Norberto LLoves, en el trabajo “Acerca de dos modelos económicos”.
“La metonimia, como narcisismo entre el yo y el sujeto” es una reflexión de Eduardo Coloma acerca del lugar de la imagen en nuestra época, acerca del sujeto narcisistico -mas cercano a un ordenamiento metonímico que a un ordenamiento metafórico-.
“Marginalidad y violencia”, el texto presentado por Juan Flores, invita a <escuchar no solo el material individual de un paciente sino a “escuchar” también los síntomas sociales como expresión de algo que no encuentra lugar en el cuerpo social>.
Por último quiero hacer referencia al trabajo de Javert Rodríguez: “Los objetivos del Psicoanálisis en un Mundo Globalizado”. El autor parte de dos preguntas: “¿Cuáles son los objetivos del psicoanálisis en un mundo globalizado? y ¿ hay algún futuro para el psicoanálisis en este mundo?” Defendiendo el lugar del psicoanálisis, y del psicoanalista, por su capacidad de interrogar al sujeto oponiéndose al fácil riesgo de responder como psicoterapeuta.
La lectura de estos textos, que invito a leer, son en definitiva, “itinerarios posibles” para enfrentar ese desafío que supone la situación actual.