Ponencia en el congreso del Centro Psicoanalítico de Madrid. Mayo 2009-06-09
Francisco J. Coll Espinosa, (1)
Psicólogo Clínico, psicoanalista, profesor asociado en la Universidad de Murcia, director Mancomunidad Valle de Ricote, director master de arteterapia en la Universidad de Murcia
Cristina Lorena Perea Arias. (2)
Jan Sanders Van Hemessen Extracción de la piedra de la locura «El Bosco»
«Diga lo que quiera de mí el común de los mortales, pues no ignoro cuan mal hablan de la Estulticia incluso los más estultos, soy, empero, aquélla, y precisamente la única que tiene poder para divertir a los dioses y a los hombres»
«Encomio de la Estulticia». Erasmo de Rotterdam (1467-1536)
EL IMAGINARIO SOCIAL DE LA DISCAPACIDAD PSIQUICA
El término de “discapacidad” responde a la necesidad social de definir los distintos sectores de la comunidad, nombrarlos y darles un lugar. Como el sujeto, la sociedad tiene la necesidad de borrar las diferencias por una parte, pero por la otra hacer claras divisiones; por una parte, la necesidad de unificar y por otra la de diferenciar.
Hay dos conceptos clave que han servido para abordar la clasificación y el tratamiento de la discapacidad psíquica, y que se han mantenido a lo largo del tiempo:
el nivel de inteligencia y el nivel de adaptación social. En los últimos años, dos han sido los modelos imperantes (y quizá sigan siendo) de señalamiento y diferenciación:
-
- El modelo educativo y del aprendizaje, esto es, un modelo conceptual de la discapacidad como una falla en el aprendizaje de los roles y modelos sociales de desarrollo y comportamiento.
- El modelo utilitarista y económico, esto es, un modelo en sintonía con el anterior, en el que se señala la discapacidad como una disfunción y lo que necesita es un mayor contacto para lograr el esfuerzo por la integración laboral. Se dedican muchos esfuerzos en lograr un aprendizaje prelaboral y, luego, un contrato de trabajo en una empresa, considerando que ya está hecho, con esto, nuestro cometido con la discapacidad, es decir, lograr su incorporación al mundo laboral.
Qué duda cabe que el desarrollo armónico de todo sujeto pasa por sentirse productor y autor de su vida, pasando esto por el ejercicio laboral. Me pregunto si con la discapacidad es lo mismo; parecería que no. Cuando hablo en este artículo de la discapacidad psíquica me refiero a aquellos que no se encuentran en las categorías límites y/ diagnosticados como “ligeros” y que sí tienen una estructura de funcionamiento y de desarrollo más de tipo neurótico y similar al resto de la población.
La subjetividad se construye alrededor de dos pasiones básicas: la de la semejanza y la de la diferencia, situándose en ese espacio que las une y separa. El trabajo de “ordenar-se” entre esas dos pasiones, conlleva el temor, el pavor a lo informe que resulta de ese intento. No hay mayor pánico del sujeto que perder “la forma”, que sentirse desbordado. Diría que el trabajo del deseo no es otro que ese: evadir lo informe que nos subyace, la imposibilidad de concretar la subjetividad.
La discapacidad psíquica nos remite de golpe a lo informe, a algo siniestro, a algo imposible de capturar, a algo que, en definitiva, no nos es tan ajeno como quisiéramos. La gran tensión del sujeto es, precisamente, que lo que nos define, lo más propio de cada uno, lo más íntimo, aquello que nos sirve de referencia para ser, eso, pues, no tiene forma, no está en el centro de nuestra percepción de sí mismos. Eso tan anhelado y tan importante para cada uno, eso no está a nuestro alcance y, cada vez que sentimos que ya estamos cerca, sin embargo, se desplaza nuevamente. Esto nos hace sentir una importante relatividad de sí mismos que, cada uno, gestiona como puede. Quizá por ello, la visión de la diferencia nos remite a lo más informe de sí mismos y eso, naturalmente, angustia y determina la posición comprensiva que podemos tener de la discapacidad.
La verdadera dificultad de la discapacidad psíquica, es la negación que en el imaginario social se produce de la suposición de su “subjetividad”. Ante lo que nos devuelve la imagen de la discapacidad, desde lo social no se tiene nada más a mano que suponer al sujeto con discapacidad un sujeto sin subjetividad, es decir, un sujeto al que hay que enseñar a ser, un sujeto desposeído de historia. En el imaginario social, un sujeto que no produce en los términos económicos establecidos, se convierte también en un sujeto que no produce subjetividad.
También en el ámbito de la psiquiatría, la discapacidad no encuentra hueco; situándose como límite de la patología psiquiátrica, tiende a ubicarse como déficit neurológico, es decir que, por lo general, se elimina cualquier atisbo de causalidad psíquica.
Al discapacitado se le sitúa como sujeto de intervención, y no tanto como un sujeto de atención, no como un sujeto que necesita la suposición de su subjetividad. Recordamos aquí la afirmación tan interesante que hacía Winnicott sobre la necesidad de subjetivación estética del bebé para poder acceder a la condición de sujeto; nos decía que “el bebé ya es un objeto estético, dice Winnicott; la mirada que se posa sobre él, le devuelve el placer que su presencia provoca. La constitución del narcisismo comienza por la propia imagen y la misma depende en parte de los adultos que se han dejado fascinar”.
El discapacitado psíquico, en su dificultad imaginaria, se presenta y vive como sin pasado ni futuro en un presente ajeno; es un ser que se vive y se piensa sin historia y sin futuro, ya que lo que, a veces, esboza como ilusiones no son sino propuestas de alienación en el presente inmediato. Lacan señala como el sentimiento de realidad solo se puede organizar en el sentimiento de continuidad histórica. Esta es una de las grandes carencias en la discapacidad: ni tienen facilidad de lenguaje para rememorar conscientemente y poder expresarlo, ni su capacidad de asociación les permite encadenar recuerdos, ni se sienten presentes en su memoria histórica, ni les hacemos sentir presentes ni causantes de su historia. Por ello, decimos que no se sienten parte de su historia y, por tanto, tampoco se sienten autores del presente ni, por supuesto, del futuro. Alguien sin proyecto diríamos que es alguien sin presente, así como alguien sin pasado no puede tener un presente activo. Diría que esto es, quizá, lo más importante para comprender y posicionarse frente al discapacitado; y diría que esto es lo que, con mucha generalidad, nos lleva a tratarle como huérfano de sí mismo, en unas relaciones con la sociedad bastante protésicas.
La dificultad integrativa del discapacitado es representacional. Es, por tanto, una problemática narcisista; siendo las corrientes identificatorias heridas profundamente, el Yo tiene dificultades de constitución. La herida no es narcisista, la herida es identificatoria. Si la discapacidad se define en función del Otro social, desde lo imaginario social, si se trata de una marca identitaria, trabajar para un reposicionamiento subjetivo se vuelve u
n camino no solo posible sino ineludible.
En esta posición de no reconocimiento subjetivo, la consecuencia más inmediata es que lo lleve a ser tiránico, agotando al otro o no demandar nada, quedando a merced del deseo del otro: fusión o negatividad. Sin el negativismo, el Yo corre riesgos de sucumbir, el sujeto no está, en principio, totalmente subsumido a un deseo ajeno. Sin embargo, ese negativismo puede ser único elemento de constitución.
ARTETERAPIA
“Yo no soy allí donde soy el juguete de mi pensamiento; pienso lo que soy allí donde no me pienso pensar”. Lacan
El concepto de Arte-Terapia es un concepto complejo. Podríamos decir que lo caracteriza la disposición de un dispositivo artístico, plástico.
Daniel Malpartida(1) lo define así: “el arte Terapia, es la única forma de Psicoterapia que utiliza el proceso creativo, los medios artísticos; esto es, la imagen, sus derivados y el poder de la expresión, lo que junto a la noción de vínculo tienen una significación central en el proceso y relación terapéutica. La persona inmersa en el proceso de transformación responde a la obra creada a través de una reflexión e insight que incrementa su desarrollo personal, apunta al adueñamiento de los contenidos inconscientes puestos en visibilidad y, en consecuencia, a la superación de conflictos emocionales de muy diversa índole. En este sentido, el arte terapia co-relaciona la expresión artística no verbal con la expresión verbal y la simbolización de la experiencia; lo que constituye un verdadero ejemplo de arte-ciencia. Una ciencia de las imágenes más acá o más allá de la descripción por medio de la palabra”.
“Una imagen vale más que mil palabras”. En este sentido, el arte visual puede traer un trauma a la conciencia de forma menos amenazante. Es lo que ocurre por ejemplo, con los niños de la guerra o niños víctimas de abusos sexuales o violencia parental.
Releyendo a Sara Paín, nos dice que Arte-Terapia, generalmente, incluye todo tipo de tratamiento psicoterapéutico que utiliza como medio la expresión artística. Nos dice Sara Paín que las actividades de expresión artística enfocadas como tratamiento, tienen en común la objetivación de la representación visual en el terreno figurativo, a partir de la transformación de la materia. Diríamos de la transferencia con la materia. La materia, sus leyes, nos contienen y nos sitúan en un lugar de la ilusión y la vivencia. El dispositivo plástico, ofrece la posibilidad de encontrar y desarrollar el potencial expresivo que cada ser humano posee y desde allí crear, con sus recursos personales, únicos e irrepetibles, un modo de “aparecer”.
Arteterapia es un modo de poner imágenes al/a lo inconsciente, llevando al sujeto al trabajo de la subjetivación estética: El trabajo en arteterapia se centra sobre la búsqueda del sujeto para encontrar y para elaborar un universo de imágenes significantes de sus conflictos subjetivos, dada la importancia que tiene para cada sujeto obtener los medios para simbolizar los términos de un conflicto. Como dice Sara Pain, el taller de Arte-Terapia, habilita un espacio para la aparición de trazos originales, únicos e irrepetibles que posee cada ser humano. Es también acompañar a la persona en su búsqueda estética propia y su desarrollo potencial como persona creativa, capaz de “ofrecer” a “otro” aquello que le es propio y, muy probablemente, desconocido.
El Taller de Arteterapia supone la comprensión del sujeto como “un sujeto en construcción”, esto es, la necesidad del sujeto de sentir como nuevo cada aparición de lo inconsciente, así como cada producción consciente.
Quiero abordar ahora otro aspecto que es de vital importancia en la clínica del arte terapia: la construcción del espacio psíquico interno, concepto que desarrolla Ricardo Rodulfo; este espacio, es un lugar acolchado por vagas representaciones de sí-mismo, que permite la entrada de nuevos matices para ser pensados; que permite albergar el vaivén de las emociones sin representación sin temor al desbordamiento de los límites. Permite incorporar la ambivalencia sin angustia.
Un referente primordial para pensar el trabajo terapéutico desde la experiencia plástica y creativa es Winnicott, y concretamente la noción de “gesto espontáneo” como origen de la subjetividad.
El gesto espontáneo es una noción bastante enigmática que –según Winnicott- supone un acto creativo, y es este aspecto del llamado “gesto espontáneo” el que más interesaría pensar aquí, el del gesto tomado como un acto de creación, un acto que -en un mismo movimiento- inaugura la subjetividad y crea al mundo que le toca habitar. Este es el mito winnicottiano.
“…en el principio es el gesto espontáneo (y una madre dispuesta a recibirlo)”, dice Winnicott. Ante el espacio en blanco hacemos el trazo y a partir de ahí se produce un desfiladero de significantes posibles, una trama de sentidos, de huellas, de emociones que se han de re-componer. Esto es la creación.
“Gesto espontáneo” es el modo de proponer un aparato psíquico que trabaja con restos no significantes, de un modo más preciso, que trabaja con un margen necesario de no-sentido en cada experiencia subjetiva. (Winnicott).
Quizá fue Freud el primer arteterapeuta; el siguiente es uno entre tantos comentarios freudianos respecto al poder de las imágenes y las dificultades que él encontraba en ellas: “lo que experimentamos (en un sueño) predominantemente es en imágenes visuales… Parte de la dificultad de dar un informe de nuestros sueños es debido a tener que traducir estas imágenes en palabras. ”podría dibujarlo” suelen decirnos, “pero no sé como decirlo” (4) (Freud 1955: 90). En el múltiple Interés del Psicoanálisis escribe: “Si reflexionamos en que los medios de representación de los sueños, son principalmente imágenes visuales y no palabras, veremos que es más apropiado comparar los sueños con un sistema de escritura que con un lenguaje”(7) (Freud 1968: 978).
Experiencia de arteterapia
La experiencia se realiza en el Centro Ocupacional de Archena, con un grupo de discapacitados psíquicos, con diferentes niveles de comunicación e interacción social. Los participantes son:
R: 35 años, tiene lenguaje, pero rara vez es un lenguaje situacional. No participa en las tareas del Centro; siempre está fijándose en los demás. A veces tiene reacciones inesperadas. Casi siempre se expresa en un tono de voz muy débil. No tiene conductas de alianzas ni relaciones con los compañeros. Suele buscar las relaciones desde pequeñas agresiones. No mantiene la mirada.
M: 59 años, habla mucho pero siempre desde historias fantásticas, en las que ella es la protagonista. Mantiene cierto aislamiento respecto de los demás, ya que su discurso comunicativo no existe.
J: 39 años, tiene una actitud siempre muy servil y atenta a todos; su obsesión es “mirar y que la miren” y en ese intento pasa todo
el día, no ocupándola nada tanto como eso. Tiene mucha rigidez corporal. Su disposición al goce del otro es de total servidumbre.
P: 38 años, tiene lenguaje comunicativo conseguido, pero nunca habla de él; busca relaciones con los demás y su mirada y sus relaciones son casi siempre de cierta desconfianza y siempre desde mostrarse “gracioso” pero sin crear vínculos. Se muestra muy negativo cuando se trata de recuerdos o asociaciones.
A: 39 años, Síndrome de Down, con mucho lenguaje, a veces, metafórico y elevado. Participa de las actividades, aunque se mantiene un poco aislada. Es muy afectiva.
Y: 34 años, con mucho lenguaje, aunque a veces, poco inteligible. Es muy activa, confiada y participativa. Tiene poca confianza en sí misma y tiende a la imitación, sin tener en cuenta el nivel de los que imita.
C: 26 años, con un lenguaje bastante ininteligible, muy participativo y activo. Suele ser respetado por todos.
Mo. 30 años. Es participativa, con actitudes invasivas y maníacas. Le gusta dirigir al grupo y con muy baja aceptación de las frustraciones. Tiene muy en cuenta las cosas que ocurren en lo cotidiano. Cuando siente que entendemos lo que quiere expresar, adopta actitudes desagradables.
La metodología de las sesiones es la siguiente: comenzamos con una propuesta de expresión corporal, para dar paso a una propuesta plástica y acabamos con el tiempo de palabra para dar cuenta de las obras realizadas.
Habida cuenta de las grandes carencias que se dan, generalmente, en la construcción del cuerpo en la discapacidad, consideramos oportuno en esta experiencia comenzar con la expresión corporal para posibilitar “habitar” su cuerpo y, después, con la propuesta plástica, acabar simbolizándolo a partir de la visibilidad y la sensorialidad de las imágenes que puedan construir.
Vamos a describir el desarrollo del taller, exponiendo los comentarios más destacables del grupo.
Sesión I
Expresión Corporal. Circulo de presentación (poner movimiento al nombre), movimientos corporales en parejas sin perder contacto, acabando moviéndonos libremente por la sala.
Propuesta plástica. Dibujo (se les propone que intenten presentarse a través del dibujo)
Hay mucho silencio a la hora de trabajar, están todos muy tranquilos, hasta que R. se queda dormida, lo cual produce en el resto muchas risas y durante un buen rato no dejan de comentar esto.
Grupo de palabra
R: Una casa, una nena y un nene. (Ella y el nene son chiquititos). El nene se llama Javi, esta jugando.
J: Un niño Fernando (de niño) en el centro. Que tengo ganas de ver a Fernando por que lo hecho de menos. He dibujado un corazón love- amor.
A: Rascacielos, un rascacielos muy largo que tiene muchas curvas que son difíciles de pasar por que no tienen salidas. Son las montañas que se suben que no tienen salida por que es un poco cerrado y no se puede salir de ese rascacielos. Es muy largo no se puede salir a ningún lado porque esa persona no tiene nadie con quien hablar, esta muy triste por que nadie le hecha de menos, se encierra en su mundo y quiere estar solo, no quiere hablar con nadie. Ha hecho cosas que no le gustan, no le gusta la vida, no quiere saber nada de nadie, nadie la quiere por que no tiene familia ni nadie con quien hablar. No tiene amigos, quiere estar solo en solo en su mundo, en su vida no se quiere a si mismo. La expresión corporal no tiene palabras, es maravillosa.
Y. le comenta a A. “Que miedo ¿no?”
M: No voy a volver más, seguramente porque me voy de hermana novicia. Lo escribo y lo explico todo (señala su trabajo), lo siento, no quiero, pero esto me está matando.
P: un elefante, por que me gustan.
C. Son niños, están contentos en danza.
Y: es mi hermana Mª Carmen, cuidando a los niños, 3 tiene (dice los nombres). La quiero mucho.
Sesión II
Expresión corporal. Calentamiento, por parejas movemos al compañero como si fuera una marioneta (cambio de roles). Incorporamos un trozo muy grande de papel continuo y nos movemos con él; con nuestro movimiento y el papel creamos sonido, música. “La música de nuestro cuerpo” “Poner sonido a nuestro movimiento a través del objeto”. (se introduce un segundo trozo grande de papel).
Propuesta plástica. Con todo el papel que hemos trabajado en la parte anterior creamos una figura colectiva.
Grupo de palabra
Y: hemos hecho los papeles, hemos bailado.
R: hemos hecho papeles (coge uno)
A: hemos bailado, hemos hecho papeles.
Comentan que el sonido que hacia el papel mientras bailaban les agradaba.
A: la música del papel daba relajación.
Y: parece un muñeco de nieve, una playa.
J: estoy pensando en Fernando
A: una bola de nieve
R: una casa
C. en esta sesión permanece en silencio durante el tiempo de palabra.
Sesión III
Expresión Corporal. Calentamiento libre. Incorporamos papeles de seda; cada uno coge un papel y nos vamos moviendo con él. Incorporamos al suelo de las sala muchos papeles de seda de colores, nos tumbamos sobre ellos y vamos dejándonos llevar. No hay mucha implicación corporal, mueven más los papeles que su propio cuerpo. M. se va cubriendo la cabeza con diferentes papeles que sigue amontonado sobre su cuerpo, habla en bajito mientras se mueve y se cubre.
Propuesta plástica. Con los papeles que hemos trabajado en la parte de la expresión corporal creamos un espacio y lo adornamos como queramos. Casi todos cubren su cuerpo con los papeles. A. busca a P. y tiene una intensa interacción corporal con él. C. tumbado mueve los papeles, termina cubriéndose con ellos. ( incluso cuando la música a cesado el sigue moviéndose, meciéndose). P. y A. se pone papeles doblados y estirados encima de su cuerpo.
Grupo de palabra
¿Qué es lo que más os ha gustado de lo que hemos hecho hoy?
A: los papeles porque me hacen bailar mucho y bailar los papeles por el suelo, “bailar a los papeles”
R. describe lo que ha hecho con los papeles.
M: estaba debajo de una colchoneta de papeles y estaba a gusto
- ¿Qué pensabas?- en usted
P: bailar con los papeles.
C. jugar con los papeles
A. las olas del mar, en el ruido, “hay que tener mucha expresión, a sentirme sola como si estuviera sola”. Hice como una plancha y luego me he tirado.
Sesión IV
Expresión corporal. Calentamiento, sentados en el suelo. Incorporamos pelotas (cado uno coge una), seguimos moviéndonos en el suelo con ella. Movimiento libre con pelota.
Propuesta plástica. Arcilla. Se les da el material pero no se les da ninguna consigna
C. y Y. cortan arcilla para todos los compañeros.
M. no trabaja y permanece en silencio durante todo el tiempo.
P. que en un principio dice que con arcilla no va a trabajar, después de que C. le pone un trozo de arcilla delante comienza a trabajar.
Comienzan todos haciendo bolas.
Grupo de palabra
Y: dulces, magdalenas, pan y tostadas, y esto son huevos.
A: pasteles de cabello de ángel, por que me gustan. Son todos pasteles menos este (señala una figura) que es como una vela de cera, como un cirio.
C: pan.
R: bolas, huevos para hacer bizcocho.
J: bolas y palos, los palos para hacerlos al horno
M., no habla, Paco Coll le habla pero ella no contesta y mira hacia otro lado.
P: se limita a repetir lo que se le dice.
A: El balón da juego y me gusta jugar y bailar con el balón.
Sesión V
Expresión corporal. Calentamiento (libre en el suelo), por parejas; incorporamos una pelota por pareja.
Propuesta plástica. Se dibuja el contorno del cuerpo de cada uno en un papel grande en el suelo.
Grupo de palabra
Hay en todos mucho silencio y mucha observación de las obras, de sus obras, de sus cuerpos.
Y: estaba con M. Me he sentido asustada por que esta no soy yo (señala el dibujo), es una persona durmiendo o acostada. Cuando estaba sola estaba asustada con M. no. Es mi hermana gemela, ella no lleva ropa, yo si. Esta se murió ayer, yo no, ella. (Se le pregunta que paso ayer que se murió) del corazón, estaba con ella yo y mi padre.
R: mi padre y mi madre me pegaron con la garrota.
J: – ¿en qué piensas? – En Jesús, uno de Cartagena, mi novio. – ¿Qué has pintado? – Yo, mi cuerpo.
C: Con la pelota, .. bien, … he pintado.
M., no comenta nada.
P. tampoco comenta nada.
A: muy bien, relajada, tranquila.
Sesión VI
Expresión corporal. Calentamiento libre; por parejas, uno enfrente del otro se mueven como si estuvieran delante de un espejo, intentando seguir y escuchar los movimientos del otro.
Propuesta plástica. Continuamos con la silueta de la sesión anterior.
M. comienza a trabajar sobre la silueta de otro compañero (P.); este, en un principio, le mira asombrado y sin atreverse a decirle nada; pinta en el contorno de su cuerpo con color negro y, finalmente, Mercedes se va a seguir trabajando en la silueta de su cuerpo.
Grupo de palabra
P: me gusta lo que ha pintado M. de negro
Y: he pintado de negro.
A: la A. está muy contenta por que todo es alegría y satisfacción. Todo, el arteterapia y todo. ( se le pregunta por qué ha pintado todo de amarillo) Por que me gusta todo amarillo, es una falda. A. esta viva, es otra. Me he sentido como una compañera más. Estoy emocionada.
M: unos pantalones, la cabeza no se le ve.
C: en esta ocasión no comenta nada.
R: los pantalones.
Sesión VII
Expresión corporal. Calentamiento libre, prestando mayor atención a nuestras manos. Por parejas, danzamos con nuestros dedos sobre la espalda del compañero.
Propuesta plástica. Huellas con pinturas sobre soporte (todos eligen cartulinas)
Grupo de palabra
C: (Pide hablar el primero) ¿Os gusta? Los dedos las manos. ( se le comenta que parece una mano grande con muchos dedos) Parece el sol y la luna por la noche.
Y. habla sobre el trabajo de C., dice que hay un tren una nube y una piscina.
Y: una playa, una piscina de Mula, veo agua, veo nubes (se ríe). Aquí se murió mi madre, aquí en mi casa. Esta aquí dentro en una caja. Mi hermano esta aquí y mi madre allí (su hermano muerto). Aquí el señor cuidando de ellos.
R: pintura con las manos, mi padre y mi madre.
A: nieve, representa una navidad. El árbol de navidad – ¿Qué hay al lado del árbol de navidad? – Las bolas de adorno. El amor y la felicidad que hay en esta vida. Estoy triste de contenta, más que emocionada, motivada.
M: el río y las gaviotas que pasan por encima aquí, pajaritos. Nieve
P: – ¿a que te recuerda? – A mi padre, por que me acuerdo de él. – ¿Qué es lo que recuerdas de tu padre? – Siempre iba a andar – ¿lloraste cuando murió? – no. – ¿y después? – si, cuando lo enterraron. Ya no he llorado más. – ¿Por qué no puedes llorar? (se encoge de hombros).
A: mi hermano Alberto también se murió, era alto, no mayor. Se murió haciendo la mili, limpiando el rifle (lo describe como si se tratase de un suicidio, ya que cuenta que tenía el cañón apuntándole dentro de la boca). Yo estaba con mi madre. También murió una hermana mía antes de nacer.
Es una sesión muy emotiva en la que todos han traído imágenes de recuerdos, conscientes y no conscientes, que les ha movilizado.
Sesión VIII
Expresión corporal. Trabajo en parejas.
R. se emociona varias veces, muestra dificultad a la hora de dejarse manipular y de manipular ella el cuerpo de su compañera (esta todo el tiempo hablando de sus padres, de una muñeca, de un oso panda, un jardín, su casa, etc. Lo cuenta como si
fueran recuerdos sin forma).
Propuesta plástica. Plastilina. Se les propone que intenten plasmar las emociones sentidas en la parte corporal a través del material.
Grupo de palabra
A: Armonía, felicidad y alegría. Cuando lo hacía pensaba en hacerlo lo mejor posible. “diferentes pensamientos, emociones”
Y: El P. y yo, (hay una tercera figura de la que en un principio dice que no es nadie, después comenta que es su hermano)
R: muñeca con trenzas. Cuando lloraba y angustia pensaba en el hospital.
P: Y.
Es una sesión marcada por la emoción de la anterior sesión. Abunda el silencio y la sensación en todos de algo íntimo.
Sesión IX
Mo. Se incorpora al grupo
- Expresión corporal. Relajación por parejas. Introducimos cintas.
Propuesta plástica. Cajas de cartón. Decorar las cajas para ellos. Trabajar el interior y el exterior de las cajas.
Comienzan Y., A., J. (trocea la caja y la raya con rotulador) y R., que comienzan a pintarla por dentro. Al rato M. se anima, y C. en lugar de usar una para él, decide ayudar a M.; después de estar un buen rato ayudándole, coge una caja para él y se pone a trabajar en ella.
P. y M. no hacen nada.
Grupo de Palabra
R: he pintado con pinceles
Y: una casa
A: dejarla pintada de amarillo.
J.: trozos de caja.
Se les pregunta qué podemos decir las cajas, y qué queremos hacer con ellas.
M.: es para hacer una caja para nosotros
Se les comenta que puede que estemos decorando las cajas como si fuéramos nosotros.
A.: no sé.
P, C y M no hablan nada.
En esta sesión también abunda la sensación de intimismo y de silencio. El trabajo con las cajas les ha sorprendido; la caja en sí, parece que la han recibido como algo con una forma ya hecha y no se han atrevido a modificarla. Han comenzado por el interior de la caja, algo siempre muy difícil de llegar.
Sesión X
Expresión corporal. Calentamiento en suelo, con los ojos cerrados. Nos movemos desde el interior.
Propuesta plástica. Continuamos con el trabajo de las cajas. Como hemos estado trabajando en la parte corporal nuestro interior, ahora vamos a continuar con el trabajo del interior de nuestras cajas.
Todos se ponen a trabajar inmediatamente.
Grupo de palabra
Y.: Lo he pintado fuera. – ¿Qué has querido hacer con la caja? – ¿te gusta? – no, no lo sé. Me gustaría echar caramelos, chicles, nubes,…
A.: el color amarillo me gusta mucho, de muchas sensaciones de alegría de animo, da color a la caja le da entusiasmo. Hay que darle mucho amor y cariño a la caja, como mis compañeros, os quiero mucho. – ¿para que la utilizarías? –para meter cosas, cosas útiles.
P.: para meter cosas.
R.: una caja, una casa, una casita pequeña. Una casa de mi papa y de mi mama
Que mi padre y mi madre de han pegado por que me da a mi la gana, en el cole. Mi madre no quiere que vaya a mi casa
J.: una caja, una casa. Es una caja distinta que no es igual que las otras. (rompe el cartón de su caja y lo hace pedazos y sobre estos, va haciendo rayas, cada una de un color distinto.
A.: voy a hablar en general, la vida es bella. Mis compañeros son buenos y los quiero mucho.
Sesión XI
Expresión corporal. Calentamiento en círculo, alternando en parejas.
Abrir y cerrar (lo externo y lo interno). Primero por parejas, (hay cierta dificultad a la hora de elegir las parejas), después de forma individual; terminamos sin música. ¿Qué es lo que saco fuera o qué quiero enseñar o mostrar?. Me cierro ¿Qué guardo, que escondo?
Propuesta plástica. Terminamos con las cajas. ¿Qué forma le queréis dar?
Mo. cierra con celo su caja
Y. pinta con rotuladores
C. y A. colorean el interior
Hay mucho silencio.
R. viendo que nadie le dice nada ni se le proporciona el material, prepara ella misma el material.
M. mira varias veces dentro de su caja y la vuelve a cerrar
M. no hace nada.
P. no retoma su caja
A. llora mientras realiza la caja, esta trabajando en el interior. Comenta que esta emocionada y nerviosa que son muchas cosas las que le están pasando. Termina diciendo “quiero ser alguien”
Grupo de palabra
¿Quién empieza presentando su caja?
Y.: (enseña su caja, muestra lo de dentro). Le ha hecho muchos detalles por que le gusta; una carretera, un arco iris, nieve, una piscina barcos, el mar,…
Mo. le comenta que lo que Y describe como nieve a ella la nieve le parecen rayajos.
- ¿Qué guardamos en esa caja? ¿Qué harías con la caja?
Guardarla.
Se le devuelve que podríamos decir que su caja es una caja llena de detalles.
M.: ¿me pregunto si a mi me pueden echar de aquí? ¿si es que hay algún papel para echarme de aquí?
P.: Se le pregunta a P.:¿Cómo la enseñarías? ¿la has terminado? No, queda hacerla por fuera.
A. le comenta que cree que P. esta preocupado por algo o pensando en algo, aunque el no lo sabe algo tiene en la cabeza que no o puede decir, no puede hablar.
¿Tú crees eso? Yo si.
Mo. comenta algunos aspectos de la relación que tiene Paco con su hermano. Esto hace que P. se altere y mande a M. callar.
R.: una caja, mi caja. ¿Qué quieres hacer a la caja? (se le comenta que ha cuidado mucha a la caja)
Mo.: ¿y tu caja? ¡Si yo le contara!….
A.: ¿Cómo la enseñarías? ¿Tu también has trabajado el interior de la caja; el interior no el exterior? Le decimos que daba la impresión de que ibas pensando e ibas pintando, no has pintado el centro. (Parecía que Alma se iba a meter dentro de la caja). ¿Qué sentías cuando estabas pintando? Sentía armonía, me sentía bien.
C.: se le dice que ha hecho una carta muy abierta, parece que quiere que veamos lo que hay dentro
M.: (ten
ia la caja cerrada, la abre para enseñárnosla y después la vuelve a cerrar). La semana que viene cuando tenga tiempo le haré algo por dentro, el fixo es para que lo de abajo no se abra (C., Y. y R. al ver como Mo. cierra su caja, cierran todos la suya)
CONCLUSIONES
Esta experiencia está suponiendo pequeños avances en el reconocimiento de la subjetividad de cada uno de ellos, si bien, y como no podría ser de otro modo, cada uno lleva su propio tiempo y ritmo. A tenor de las palabras que han ido poniendo en sus tiempos de creación y a sus obras, podemos observar la evolución en sus posiciones
M. comienza el taller diciendo que “se va a marchar y que esto la está matando”, para tener la final una posición un poco más activa respecto a sus trabajos y preguntándose al final: ¿a mí me pueden echar de aquí?.
Tenemos a R. que es capaz de ir encontrándo lo que tiene que hacer, encontrando un lugar en la sala y, lo que es muy importante, es asociando con sus obras; o emocionándose y diciendo que no sabe por qué llora. Sin duda, en R. esto es un paso muy importante para que pueda ir reconociéndose en su historia y, solo a través de ahí, es como podrá tener la propiedad de su pensamiento. Decir y recordar imágenes arcaicas de las vivencias familiares, se podría pensar que, dada la grave desestructuración psíquica en la que se encuentra, no es solo un modo de actualizarlas, sino de “reconocerse” en ellas. Está menos rígida, acepta más el contacto con los otros, mostrando más sus emociones y se muestra más participativa en las tareas de taller. Hay una evolución importante en su mirara; no sólo la mantiene, sino que busca la mirada de los otros.
Con J. no es muy observable la evolución, aunque lo que sí ha internalizado es respetar el ritmo de los otros y saber responder con el lenguaje a las cuestiones preguntadas. Sigue teniendo como su énfasis privilegiadísimo, ser reconocida por la mirada de los demás, casi olvidándose literalmente de sí misma en esa fusión que hace de la mirada del otro. En numerosas ocasiones, se observa que se siente con malestar por no poder incorporarse a la espontaneidad; si se le devuelve, se enfada con genio.
En C. vemos como en la mayoría de las obras, asocia con recuerdos y/o escenas muy primarias, muy del lado del reconocimiento primario. En las obras, , suele entrar en “fusión” con la obra y en el tiempo de palabra, puede ponerse con facilidad en situaciones emotivas de añoranza. Vemos en C. que antes se resistía a hablar por su inintegibilidad y ahora le gusta expresarse y pide hablar antes que los otros. También se observa que el contacto físico es soportado sin la tensión que le caracterizaba antes.
Con P. hemos visto una evolución muy importante y que es muy observable en la relación con los compañeros. Tiene buen lenguaje pero sus intercambios verbales eran muy limitados y ciertamente pobres. Por supuesto que no resultaba muy difícil decir algo de sí mismo más allá de mostrarse defensivo y negativo. Junto con C. utilizan la negatividad como modo de afirmación con mucha frecuencia. A lo largo del taller se le ha visto una evolución importante, pudiendo afrontar el tiempo de creación y el tiempo de asociación con su obra. Ha podido contar cosas de la familia, de cuando su padre falleció, de sus malestares con su madre, etc.
En Y. lo que se observa es la disposición alegre que tiene por las propuestas que se le hacen. En varias asociaciones nos ha parecido importante lo que ha contado sobre su familia, con esos recuerdos fijos de muertes y abandonos; consideramos que cuando ha comentado algo en otros momentos sobre ello, no ha tenido la misma consideración que cuando lo evoca en arteterapia; aquí, hay una vivencia intensa de la situación y un reconocimiento de la diferencia con el recuerdo; quiero decir, que al venir la asociación a través de un proceso creativo, aún teniendo la misma tensión emocional, consideramos que surge la necesidad de elaborarlo y verlo con la distancia natural. De hecho, con el paso de las sesiones, ha dejado de repetir escenas parecidas, para dar paso a escenas ilusionadas.
Quizá lo más importante en arteterapia y, aún más, con la discapacidad, es poder estar en el tiempo de creación, dando forma a lo informe en sujetos que padecen de la identidad a lo informe, a lo no concreto, siendo, paradójicamente, imposible en el tiempo de la abstracción. Esto es precisamente el tiempo de creación: la aproximación a lo concreto de lo abstracto de la imagen de sí mismos que todos tenemos. Pero arteterapia supone algo más y es el tiempo de palabra que acompaña a la obra creada, aunque no sea una prioridad la palabra sino la cadena significante que supone la creación; al poner palabras, es decir, imágenes conscientes, a la obra, esta adquiere otra dimensión que el placer estético que pueda provocar. Esta dimensión es la de pasar por el registro de lo consciente, de la visibilidad, de la sensorialidad y es aquí cuando estamos construyendo subjetividad.
Y es que, lo más decisivo, no es tanto la cantidad de cosas que puedan decir sobre su obra, la cantidad de recuerdos que puedan aparecer, sino la posición de necesidad y de pertenencia de la obra. Esto que, como comprendemos, no es fácil ni se da azarosamente, es lo que, en el origen del psiquismo, nos permitió a todos acceder al símbolo y a la imagen como algo que nos individualizaba y situaba en el Otro; pues bien, de eso es de lo que se trata en la creación en arteterapia. Si la obra comunica lo propio y con la palabra hacemos consciencia de lo propio, la participación de la persona con discapacidad en arteterapia supone un espacio de construcción de aquello que les define como discapacitados, es decir, aparecer como sujetos de la intersubjetividad.
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(1) Francisco Coll Espinosa: Psicólogo Clínico, psicoanalista, profesor asociado en la Universidad de Murcia, director Mancomunidad Valle de Ricote, director master de arteterapia en la Universidad de Murcia
(2) Cristina Lorena Perea Arias. Técnico en discapacidad, master de arteterapia en la Universidad de Murcia.