Editorial
En su pantalla el número 31 de la revista del Centro Psicoanalítico de Madrid. Un número este muy particular porque aúna, junto al sello de los trabajos experimentados, como son los de Pablo Juan Maestre y Marie-Claude Thomas, la aportación de jóvenes analistas y terapeutas que representan con su participación la renovación y la confianza en el desarrollo de las ideas analíticas en el porvenir. Así contamos con los trabajos de Cristina González, María Fernández Ostolaza, Rafael Navarro Valencia, Carmen Menéndez y Cristina Martínez y César Cerón González.
El trabajo que nos ofrece Marie-Claude Thomas corresponde a un seminario dictado por esta colega parisina en la Universidad de Rosario, en Argentina. Como ya pudimos comprobar en su trabajo El síndrome Kanner, la autora sostiene sobre el autismo tesis paradójicas, poco convencionales. Su argumento gira en torno a si se puede sostener, como hace el conductismo, pero también muchos analistas, que los autistas están fuera del lenguaje. También acerca del lenguaje en sus orígenes versa el pequeño, pero nodal, artículo de Pablo Juan Maestre en la sección de Microensayos, Apoyándose en las tesis de Françoise Dolto, nos explica el proceso del destete y su implicación en la aparición del lenguaje. El lenguaje que cumple un papel esencial para unir aquello que se ha separado.
El trabajo de Cristina González se ocupa de los niños, en un contexto especialmente valorable puesto que la autora se sitúa dentro del marco de lo que denominamos con Silvia Bleichmar Intervenciones Analíticas, el marco de la consulta de pediatría en atención primaria, desde el cual nos propone una actuación definidamente psicoanalítica, si bien el setting y la posición del terapeuta, nos son los habituales. Quizá por ello se pregunta la autora: «Por otro lado la, a veces pretendida separación tajante entre cuidado y tratamiento o entre unos que cuidan y otros que curan, parece más una falacia que otra cosa. Tratamiento y cuidado van de la mano ¿acaso cura un tratamiento sin cuidado, o acaso no es el cuidado ya un modo de tratamiento?».
Igualmente el trabajo de Carmen Menéndez podría considerarse un trabajo de frontera, aunque lo fronterizo está en el gen del psicoanálisis. Entrecruzadas es su título que ya augura parte de su contenido. Psicoanálisis y arte contemporáneo, desde una condición, la de la autora, que comparte su trabajo como psicoterapeuta con su ejercicio de la arteterapia, lo que le permite una visión ventajosa sobre la materia. Desde esa atalaya la autora recorre las convergencias entre el arte contemporáneo y un psicoanálisis abierto a las distintas formas de la creatividad.
Cristina Martínez firma un trabajo compartido con el que suscribe, que podríamos seguir alineando en los territorios fronterizo. Desde el agieren de Freud, el acting out en la traducción inglesa, o el pasaje a l’acte de los franceses, circula la misma interrogación: ¿es una ruptura del tejido simbólico que pone en peligro el tratamiento? ¿Es otra modalidad de expresión del inconsciente? Con Cristina Martínez vamos a recorrer las principales versiones que desde el agieren freudiano hasta el enactement, se manejan en la actualidad por los psicoanalistas, probablemente la principal variación sea el lugar que ocupa el analista en las versiones contemporáneas del concepto. De ello nos va a dar cuenta la autora en un ejemplo clínico, en el cual nos muestra su interpretación del término en un avatar de la terapia altamente clarificador.
Explorando terrenos limítrofes podríamos decir que se inscribe el trabajo de María Fernández Ostolaza, que a partir de una experiencia grupal nos ofrece una reflexión que es una acotación de un trabajo de mayor envergadura realizado por la autora, sobre los procesos que implican la retirada de una carrera, la deportiva en este caso, con sus particularidades, que la autora conoce y describe con soltura. La temática del duelo está muy presente, como es lógico, en el relato de esta experiencia.
César García Beceiro analiza, a través de dos personajes históricos, la figura del impostor tratando de encontrar la relación entre los problemas de identidad que aquejan a estos sujetos, así como las dificultades narcisistas y las fantasías perversas. «Los impostores son una figura que produce fascinación» dice el autor, fascinación constatada por el gran poeta Mario Benedetti, como recuerda César en aquella sentencia: «todos queremos lo que no se puede y somos fanáticos de lo prohibido».
Otro tema que fascina, bien sea por su aceptación o por su rechazo, es el de la pulsión de la muerte, concepto polémico como pocos en la obra de Freud. Ese es el punto de partida de Rafael Navarro Valencia, en un trabajo sobre pacientes con personalidad múltiple en el cual no sólo se plantea el problema identitario, sino también la dimensión sexual libidinal.
No podíamos concluir sin dar cuenta de la aparición del último libro, por el momento, de nuestra compañera Lola López Mondéjar «Cada noche, cada noche», que vive un período realmente fructífero en su condición literaria. Lo analítico es transversal en su obra de ficción, y nodular cuando se trata de ensayos, como su reciente «Una espina en la carne», donde el psicoanálisis y la creatividad ensayan una articulación fecunda. La presenta en esta ocasión la escritora valenciana María Torrejón, cuya reseña cierra este número de la revista.
Esteban Ferrández
Editor