Recorrido histórico de la obra de Alejandro Gallego: Temas y Autores preferidos

Revista del CPM número 23

Por Daniel Valiente Gómez

DANIEL VALIENTE GÓMEZ *

Cuando comencé este trabajo y a medida que me iba adentrando en él, me iba reencontrando con Alejandro y despertando recuerdos de sus clases, de las sesiones clínicas, de las supervisiones, etc., y retrocedí en el tiempo hasta 1966 en que le conocí en la Institución Peña Retama donde impartía un curso al que yo asistía. Sus clases eran claras, amenas, didácticas y dentro de mi máxima ignorancia conseguía entender lo que decía. Además, en contraste con los profesores de la época, respondía a las preguntas de los alumnos con sencillez, paciencia, claridad y hasta diría que con afecto. Todo esto fue lo que me decidió a hacer la formación en ese centro.

 

Al ir leyendo su obra, sus temas preferidos y sus autores de referencia fue apareciendo la figura de un gran psicoanalista heterodoxo humanista.

 

Su obra es tan extensa que necesitaría muchísimo tiempo para hacer una mención apropiada de ella. Afortunadamente disponemos de un libro de sus obras (gracias al trabajo de Ana Gutiérrez, José Luis Lledó y Alberto Gállego) donde podemos beber en la fuente original.

 

No obstante, he intentado hacer un recorrido, siempre insuficiente, por aquellos temas y autores tantas veces escuchados y leídos del Dr. Gállego, contando que muchos otros quedan sin relatar.

 

Comenzaré por las palabras claves, después por sus autores preferidos y por último algunos conceptos básicos que aparecen en sus trabajos.

 

 

CONCEPTOS BASICOS O PALABRAS CLAVES para Dr. Gállego

 

MIXTIFICACION

 

AUTOENGAÑO

 

FALSEAMIENTO

 

NEGACION DEL SER PARA COMPENSACION DE OTRAS FIGURAS SIGNIFICATIVAS

 

LA IDOLATRIA

 

EL ENVILECIMIENTO

 

ORIENTACION MERCANTILISTA

 

TENER EN VEZ DE SER

 

VERDADERO Y FALSO SELF

 

CONFLICTO Y DEFICIT

 

NECROFILIA- BIOFILIA

 

PROGRESION- REGRESION

 

VINCULACION DE BASE Y TECNICAS SISTEMATIZADAS DE DEFENSA

 

NARCISISMO SANO Y NARCISISMO PATOLOGICO

 

PATOLOGIAS GRAVES

 

RAPPORT DE ANALISIS

 

HOLDING, sostén

 

POSIBILIDAD DEL PACIENTE DE VERSE COMO NUEVA IMAGEN DE SI MISMO EN LA MENTE DEL TERAPEUTA

 

LA OTRIDAD

 

REPRESION Y DESREPRESION

 

TRANSFERANALISIS a la TECNICA CLASICA

 

PSICOTERAPIA ANALITICA

 

VOLUNTAD DE CURAR

 

ESPERANZA DE CURACION

 

RENE LAFORGUE

Vino a ser en Francia uno de los pioneros del movimiento psicoanalítico. Creó la Sociedad Psicoanalítica de París y fundó la Revista Francesa de Psicoanálisis.

Dr. Gállego dice: “Aprendí mucho de él por simple contacto personal”.

El tratamiento era una auténtica colaboración con el paciente.

Veía al paciente como una totalidad armónica ligada y condicionada por su medio y no un simple conjunto de tendencias instintivas y mecanismos de defensa.

Tiende a reestructurar la psiquiatría clásica a la luz de los nuevos conocimientos psicológicos (psicoanalisis) tratando de crear una armonía entre ambos enfoques.

Muy ligado en su pensamiento a FERENCZI, O RANK y a todos aquellos que propugnaban una prioridad del espíritu y de la personalidad sobre la técnica en el trabajo psicoanalítico tuvo que desligarse de la Sociedad Internacional de Psicoanálisis.

Estudió fundamentalmente la estructura del Superyó.

LAFORGUE ve al hombre como un ser eminentemente social que vive en un intercambio constante con el ambiente, el cual introyecta progresivamente hasta formar parte sustancial de su propia instancia interna.

Sobre esto elabora una teoría sobre la relatividad de la realidad. Existiría una realidad mágica, una realidad religiosa y una realidad científica, que corresponderían a las distintas posibilidades de pensamiento en relación con la situación emocional. Es decir, en cada estado correspondería une verdad propia, y por tanto la verdad y la evidencia serían conceptos eminentemente subjetivos y ello hasta en el mismo encuadre del trabajo científico.

La voluntad de curar es un eje fundamental en el tratamiento.

La neurosis familiar y los roles que se reparten en ella, en los que unos satisfacen necesidades de compensación de otros, era uno de los conceptos teóricos fundamentales.

La personalidad del analista, sus características individuales, su comprensión y su actitud en relación con el sufrimiento humano así como la voluntad de curar son fundamentales en la terapia. En su obra “Relativité de la realité” hace una profunda crítica hacia una valoración omnipotente del razonamiento lógico y científico, a la par que establece una prioridad del espíritu y la personalidad humana sobre la técnica en el trabajo analítico.

 

SANDOR FERENCZI

Neurólogo. Forma parte de la primera generación de psicoanalistas que estuvo muy cerca de FREUD.

Tenía un don especial para la empatía y una singular capacidad para expresar y despertar amor.

Paralelamente a su amigo O. RANK se inclina a conceder un rol cada vez más importante a la madre en el desarrollo humano así como al periodo pre-genital, es decir la primera infancia.

En nuestra cultura, el proceso de educación es un entrenamiento sistemático del niño a mentirse en relación con lo que es capaz de percibir. “Lo inconsciente es el fruto de ese gran mentira que el sujeto tiene que elaborar consigo mismo, contra sí mismo, para “poder creer” lo que el medio le da como bueno y para no entrar en conflicto con sus imagos internas.

La “desrepresión” es el reencuentro del sujeto consigo mismo con su propia capacidad de sentir y con su verdad.

El proceso de educación obliga al niño a mentirse a sí mismo y a negar lo que sabe y lo que piensa. Los sentimientos y las ideas rechazadas de este modo, inmersas en el inconsciente, no quedan suprimidas sino que a lo largo del proceso educativo crecen, se multiplican, se aglomeran en una especie de personalidad distinta, escondida en las profundidades del ser, cuyos objetivos, deseos y fantasías, están en general en contradicción absoluta con los objetos y las ideas inconscientes”.

El Dr. Gállego lo expresaba así: “El sujeto se hace extraño a sí mismo, asumiendo un orden de valores que le es impuesto por las figuras significativas y que tiene que aceptar para establecer la necesaria dependencia de las mismas. En la medida que el niño se miente a sí mismo, tiende a organizar su experiencia personal falseada, dando como válidos para sí deseos y vivencias que le son inducidos.”

 

RONALD FAIRBARIN

Fue teólogo, filósofo, médico y psicoanalista miembro de la Sociedad Psicoanalítica Británica.

Su obra dentro del movimiento psicoanalítico es original especialmente en las décadas de los 40 y 50.

Uno de los aportes principales fue el haber brindado un punto de vista alternativo respecto a la libido, en su madurez afirmó que lo que busca la libido desde el inicio no es la descarga sino al objeto; el placer libidinoso no es más que un medio para obtener al objeto.

Rompe la teoría estructural de Freud hablando de una estructura endopsíquica donde lo primordial es la relación de objeto y a ella quedan subordinadas la libido y la agresividad.

Fairbairn en “La represión y el retorno de los objetos malos” dice que lo primariamente reprimido no son los intolerables impulsos culpables, ni los correspondientes recuerdos, sino los malos objetos internalizados y aquellas partes de la propia personalidad que están vinculados a los mismos.

La teoría de las relaciones objetales que propone Fairbairn anuncia una epistemología intersubjetiva alternativa.

Por otro lado rechaza el concepto de pulsión de muerte y entiende que la agresión es una reacción a la frustración de las necesidades libidinales. El principio de placer no es la forma primaria de la actividad humana sino, más bien, un deterioro de la actividad basada en el principio de realidad.

Fairbairn concede gran importancia al entorno materno en la aparición o no del trauma. Los trastornos del desarrollo psíquico se producen cuando la madre no hace sentir al niño que lo ama por sí mismo, como persona.

El mecanismo de la mixtificación lo describe con el término de “defensa moral” frente a los malos objetos internos para significar el proceso por el que el sujeto introyecta dichos objetos libidinalmente “malos” haciéndolos parte de sí, para de este modo crear la ficción de la existencia de objetos confiables con los que puede establecer relación y dependencia.

Su aportación fundamental no es solamente el privilegiar la significación del objeto externo sino establecer la necesidad de dependencia del mismo y como para su logro el sujeto falsea la representación de sí.

 

ERICH FROMM

El hombre parte de una pseudoconciencia condicionada por sus pautas culturales y que le es transmitida a través de la familia. Se trata de una percepción a través de una conciencia dada que en gran parte tiende a bloquear su propia capacidad perceptiva.

El sujeto no es capaz de percibir libremente salvo en una fase de completa individuación. Cuando tal nivel no ha sido alcanzado el sujeto se mueve en el modo existencial del TENER y eso crea un modelo de relación muerta entre sujeto y objeto.

La asimilación de la propia experiencia individual conduce al sujeto a una clarificación y reordenación de la ordenación de valores dada y que le va a salvar de la MIXTIFICACION.

ALIENACION, falseamiento de sí.

SINDROME DE CRECIMIENTO y SINDROME DE DECADENCIA. Son conceptos fromnianos que manejó el Dr. Gállego

Hay 3 factores que dan forma a estos síndromes:

1. El amor a la vida o tendencia biofílica como oponente al amor a la muerte o tendencia necrófila.

2. Tendencia a la libertad y la independencia en oposición a la permanencia en una situación de vinculación y dependencia incestuosa.

3. El amor al otro y el deseo de discriminar la alteridad como oponente a las formas de relación narcisística en que se niega la identidad al otro convirtiéndolo en parte de sí.

El hombre en función de su dicotomía existencial está en una permanente alternativa de progresión y crecimientos que le lleva la individuación, pero a la par a la soledad y a la reactivación de sus sentimientos de indefensión, o bien permanecer inmerso en los vínculos primarios, reaseguradores, pero anuladores de él como individuo. La angustia que produce en el ser humano, esta alternativa lleva al niño a reprimir y debilitar sus disposiciones originales y reemplazarlas por aquellos rasgos que la sociedad (y la familia) privilegian, de este modo se establecen las raíces de las evoluciones neuróticas. La persona desarrolla un sentido falso de identidad.

En cuanto a la regresión se apoya en WINNICOTT para él que esta no puede ser entendida como una sencilla inversión del proceso psicológico, sino como la posibilidad de vuelta a un punto de partida en el que organizó la “congelación” de la situación de fracaso. Esto implica la esperanza de que es posible la vuelta a una situación de dependencia a partir de la cual se produzca una nueva oportunidad. Se trata de regresar a una situación precoz de éxito, en la cual el sujeto no había aun falseado su identidad y pervertido la imagen de sí mismo. Se trataría de un proceso activo de desmontaje de estructuras inauténticas de la personalidad y de búsqueda de un reencuentro con la propia capacidad de percibir y de sentir.

 

WINNICOTT

Pediatra y psicoanalista.

Su obra fue original: centró sus estudios en la relación madre-lactante y en la evolución posterior del sujeto a partir de tal relación.

A partir del nacimiento no se puede decir que el bebé es una unidad psíquica. Durante el primer año de la vida la diada madre-infante constituye una unidad. Todo recién nacido tiene una tendencia innata a desarrollarse como una persona total y creadora pero has de poseer un entorno inicial como base para tal desarrollo y ese primer entorno es la madre.

Sin embargo, dice WINNICOTT un exceso de apego entre la madre y el hijo es patológico. Lo importante es que en ella se de un equilibrio entre madre suficientemente buena y una madre banalmente dedicada al niño. Una madre suficientemente buena es aquella que es capaz de dar cabida al desarrollo del verdadero yo del niño, es decir acoger su gesto espontáneo de lo que el niño quiere expresar, interpretar esa necesidad y devolvérsela como gratificación.

A partir de la frustración va emergiendo en el niño un falso yo, que tiene función adaptativa al principio de realidad.

Pero según haya sido la función materna, la función adaptativa puede ser sal
udable o francamente patológica.

Al producirse la ruptura de la unidad madre-lactante el niño trata de ir independizándose mediante espacios, fenómenos y objetivos transicionales que sustituyen a la madre. Un juguete preferido del niño es un ejemplo de objeto transicional.

Conceptos centrales de Winnicott son:

Verdadero y Falso Self

El verdadero self solamente florecerá en respuesta al repetido éxito de la complicidad de la madre ante el gesto espontáneo del infante, de este modo el niño irá creyendo en esa realidad externa que no parece entrar en competencia con su omnipotencia.

El falso self es una estructura de defensa en la cual el pequeño se adapta al medio adaptándose y a la vez protegiendo su verdadero self. Esto expresa una relación fallida con la madre ante la incapacidad de esta para sintonizar, para entrar en resonancia y para conectar y contener lo más genuino de su pequeño. El complaciente falso self reacciona ala demandas del entorno y el pequeño parece acatarlas.

Mediante este proceso se irá construyendo un conjunto de falsas relaciones.

El falso self es una máscara en la falsa persona que intenta anticiparse a la demanda del otro para mantener la relación.

Todo ello es un proceso inconsciente y de falso self. Llega a ser confundido con el verdadero por los otros e incluso por el yo.

 

LAING

El concepto de MIXTIFICACION fue introducido por Laing como una forma de comunicación y de vivencia “inauténtica” en la cual, no solamente hay un falseamiento del mundo interno del sujeto a partir de las indicaciones que recibe sino una vivencia de confusión al no poder discriminar que representaciones y valores son propios o ajenos.

 

BION

Las tres madres de BION como representantes de modelos patológicos o normales con la consiguiente inducción de normalidad o patología en el niño:

  • MADRE sana que hace un buen “rêverie”.

  • MADRE normativa que engendra neuróticos.

  • MADRE con angustia psicótica que engendra psicóticos.

 

NATCH

El terapeuta cura más por lo que es que por lo que dice…”.

 

Las tomas de conciencia sucesivas, indispensables para la curación, son imposibles o ineficaces si el enfermo no encuentra el apoyo seguro que le ofrece la calidad de “presencia” de su médico”.

 

Para que el enfermo perciba esta “presencia” se necesita por parte del médico una CONSTANTE DISPONIBILIDAD, una ACOGIDA INCONDICIONAL, una PACIENCIA ILIMITADA y una CAPACIDAD DE ENTREGA, que resumen para él ese amor del cual se siente separado desde la infancia y del que tiene necesidad para aprender a vivir.

 

 

Además KOHUT- GUNTRIP y otros

Una de las contribuciones más importantes y eficaces para los que empezábamos a tener contacto con la psicoterapia fue su diseño de la Historia Clínica Dinámica o Exploración Dinámica del paciente psíquico.

Era un modelo sistematizado de coherencia y sabiduría que nos marcaba un camino por donde transitar de forma efectiva en las primeras entrevistas con el paciente.

Todo estaba perfectamente estructurado en áreas diversas desde el MOTIVO de CONSULTA, la relación con las IMAGOS PARENTALES, el MESAJE de las mismas, el tipo de FAMILIA, la BIOGRAFIA .

Es así mismo interesante cómo nos enseñó a explorar lo que llamaba “material inadvertido” especialmente con RECUERDOS INFANTILES Y SUEÑOS. En estos desarrolló un esquema de interpretación original distinguiendo los SUEÑOS REPETITIVOS, SUEÑO SIGNIFICATIVO ANTERIOR y PRIMER SIEÑO DURANTE LA EXPLORACION, poniendo un especial acento en los SENTIMIENTOS PREDOMINANTES, LAS FIGURAS NEGADAS Y LA DINAMICA GENERAL DEL SUEÑO.

Pasaba después a un estudio de la personalidad desde las RELACIONES INTERPERSONALES y las INTRAPERSONALES, así estudiaba las FUNCIONES YOICAS, LA VINCULACIÓN DE BASE, LAS TECNICAS SISTEMATIZADAS DE DEFENSA y con todo ello la ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD.

La influencia FROMNIANA se percibe cuando explora el nivel de NECROFILIA. BIOFILIA y las tendencias PROGRESIVAS Y REGRESIVAS DEL CARÁCTER.

SIMBIOSIS e INDIVIDUACION.

Una vez terminada esta parte del estudio proponía algo de enorme utilidad que eran las HIPOTESIS INICIALES DEL TRATAMIENTO a modo de caminos por donde iniciar la psicoterapia y transitar por ellos. Nos sirvió para no andar perdidos en el comienzo y saber que estábamos ante un cuadro clínico y ante una persona que vivía en una estructura de personalidad y en una historia relacional.

 

EL SINDROME DEL ENVILECIMIENTO

< span style="justify">Consideramos el síndrome de envilecimiento como una forma de relación basada en la adopción por parte del sujeto de un orden de valores que le es inducido, sin hacer crítica del mismo y con el consiguiente bloqueo, de su “auténtico” self.

La consecuencia de esa forma de vinculación es una regresión en el proceso de maduración y la cronificación e la misma.

Los rasgos específicos de este síndrome son los siguientes:

  1. La relación de envilecimiento se produce a un nivel relativamente consciente.

  2. Aparentemente hay una sustitución del orden de valores propio por el correspondiente a una persona que aparece como persecutoria o amenazante.

  3. Hay un bloqueo transitorio de la percepción de sí mismo, por temor al enfrentamiento que dicha toma de conciencia conllevaría.

  4. Los consiguientes sentimientos de vacío y futilidad (típicos del bloqueo del verdadero self de WINNICOTT) que tienden a compensarse, mediante un refuerzo de la identificación con la identidad “extraña”.

Entendemos el “envilecimiento” como un proceso que conlleva una progresiva regresión yoica. Esta progresiva cronificación da lugar a diversos fenómenos dinámicos:

  1. La progresiva estructuración de un narcisismo secundario que lleva a una relativa desconexión de la realidad.

  2. La agudización de los aspectos necrofílicos, por el bloqueo emocional y la negación de las capacidades creativas propias, así como por la sistemática identificación introyectiva con los aspectos necrofílicos introyectados.

  3. La movilización de la estructura depresiva de base en forma de ataques de autocrítica destructiva.

  4. Potenciación del proceso de idealización de la situación o persona “envilecedora” con la que tiende a identificarse.

  5. Reforzamiento del proceso de “envilecimiento”, al magnificarse el temor a la ruptura con el consiguiente reforzamiento de la negación del miedo al “envileceder”.

  6. A través de todo lo anterior aumento del bloqueo del “verdadero self”.

En cuanto al tratamiento consideramos que las actitudes básicas al trabajo serían:

  1. Reconocimiento de la crítica latente hacia la propia conducta.

  2. Reconocimiento del miedo a la represalia del envilecedor.

  3. La toma de conciencia de la “depositación” sobre sí mismo de una imagen parental significativa y de su pretensión de reparación.

  4. Duelo de la posibilidad de reparación de la imagen original.

  5. Consiguiente reacción agresiva, por la toma de conciencia de la “aceptación” de la situación de explotación y el reconocimiento de la actitud real del envilecedor.

  6. Ruptura de la relación asumiendo la presión-persecución real, que ello conllevará.

 

Dr. Gallego

EL CAMBIO PSIQUICO

Desde un punto de vista técnico nos parece pertinente establecer los elementos específicos del proceso para una mejor comprensión del “cambio psíquico” y cuales consideramos que deben ser las actitudes del terapeuta para favorecerlo.

En primer lugar, es necesario explorar y evidenciar para nosotros mismos la presencia de tales identificaciones patológicas y señalar al paciente su carácter ajeno, como elementos y actitudes extrañas no elaboradas por él.

En segundo término, todas las interpretaciones o esclarecimientos, deben hacerse igualmente en términos de relaciones de objeto no de gratificación o de frustración y señalar, especialmente, desde donde se viven y a quién van dirigidas.

En tercer lugar debe realizarse una denuncia sistemática de las defensas narcisísticas en todas sus representaciones, para hacer consciente al sujeto de su permanente pretensión de mantener fantasías de poder.

En cuarto lugar, toda situación de culpa debe ser recodificada como actitudes de sometimiento y de apaciguamiento en relación con los objetos idealizados para mantener estas figuras.

En quinto lugar, las vivencias y reacciones agresivas deben ser interpretadas como fenómenos relacionales, reactivos a la frustración de los intentos de reafirmación y de individuación.

En sexto lugar, el analista tiene que transmitir al paciente, en todo momento, su capacidad de sintonía con la angustia que el proceso de “desmitificación” le origina y que él va a estar ahí, aceptando que las reacciones agresivas del enfermo respecto a su capacidad de entender, no son sino maniobras para comprobar si está dispuesto a ello. El analista tiene que facilitar al enfermo el concebir nuevas posibilidades.

Por último, en las fases finales del proceso y especialmente, cuando las defensas narcisísticas tienden a declinar, puede ser necesario que el analista juegue un papel de “prótesis”, facilitando la r
epresentación de otra imagen de sí, distinta de la que está habituado a vivir.

Dr. Gállego

 

CONTENCION E INTERPRETACION EN EL PROCESO PSICOANALITICO

 

En el trabajo psicoanalítico y especialmente en la patología “grave” es necesario no caer en una estereotipia interpretativa y especialmente con el manejo de técnicas “anhistóricas” sintiéndose el analista obligado a hacer una continua devolución en el “aquí” y “ahora” de toda la comunicación del enfermo. Paula HEIMANN considera que esta forma de trabajar da lugar a la pérdida de la experiencia vivida “del paciente por parte del terapeuta y añade no sin irritación… “como esta forma de proceder no es interpretar la transferencia. Es una forma demente de traducción”.

 

Dice el Dr. GALLEGO “desde distintas orientaciones, hoy día se insiste en que para que el proceso psicoanalítico tenga lugar significativamente, la relación de base tiene que ser positiva en su seno. En diversos trabajos hemos hecho referencia a la importancia de valorar dicha relación de base, el rapport de análisis, para que el proceso tenga lugar más allá de una relación racionalizada.

Emplea un párrafo de CATHERINE PARAT que dice: “se trata de que se logre un investimiento positivo de la personalidad del analista por parte del paciente…, una base de confianza, un ligamen interhumano espontáneo, que representa la reactivación de las primeras vinculaciones y que van a dar la carga emocional al contenido de las vivencias secundarias”.

 

Añade el Dr. Gállego: “debemos preguntarnos que es necesario por parte del analista para que dicha transferencia básica se constituya más allá de la compensación de todo tratamiento psicoanalítico conlleva como placer narcisístico. Es necesario que el analista se mueva en una vivencia empática en relación al paciente, sin distanciarse mediante posturas de poder o de manejo sistemático de un saber.

El trabajo psicoanalítico tiene que estar basado en un continuo hacer pensar al enfermo sobre sí mismo y sobre el sentido de sus comportamientos y no como una revelación venida del terapeuta que potenciará la distancia sobre ellos al favorecer la consiguiente idealización del analista y su saber.

El trabajo psicoanalítico tiene que centrarse en el desvelamiento de las defensas, hacerle evidente el modo en que el paciente se engaña y como tiende a mantener formas de relación y de pensamiento que de dan seguridad, pero que a la par bloquean su propia capacidad de pensar. Como señala WINNICOTT y especialmente en la patología grave “el analista tiene que dejar psicoanalíticamente… de ser psicoanalista”.

 

En la patología “grave” utilizaremos un orden de intervenciones dirigidas a la toma de conciencia por parte del sujeto de sus propias vivencias más allá de la deformación que haga de las mismas. En estos enfermos es necesario hacer un trabajo previo por el desarrollo de la propia noción de “conflicto” antes de entrar en el análisis del mismo como tal.

 

Utiliza el trabajo de KILLIGNMO para decir que: “así como en la patología basada en el conflicto la tarea del analista es apoyar al yo del sujeto para “descubrir” los significados ocultos, en la patología del “déficit” el esfuerzo terapéutico tiene que centrarse en ayudar al yo a experimentar el significado mismo, no se trata de una “revelación” de significado, sino de una creación de significados. Dice el Dr. Gállego que las interpretaciones “afirmativas” serían el instrumento básico de trabajo a este nivel.

 

En “sostén e interpretación. Fragmento de un análisis” llama profundamente la atención la humildad y el constante cuestionamiento de WINNICOTT nos transmite una clara noción de lo que es “contención” más allá de lo que puede ser una actitud técnica. Solamente a través de poderse reflejar el paciente en la imagen contenida en la mente del analista e identificarse con ella, podrá creer en sí mismo.

 

Como punto final de nuestras reflexiones, podemos establecer las siguientes conclusiones:

  1. No solamente en la patología “grave” sino en proporciones diversas en la patología de “conflicto” la persistencia de formas de relación y de defensas narcisísticas pueden bloquear el curso del proceso más allá del trabajo interpretativo a ese nivel.

  2. En la medida en que la patología y la estructura de “defecto” es predominante el trabajo analítico debe estar más centrado en la “creación” de significadas que en la “revelación de los mismos”.

  3. La “creación” de significados requiere una actuación terapéutica basada en la vivencia “compartida” con el enfermo y que al poderse reflejar en el analista, permita al enfermo tomar conciencia de sus propios contenidos.

  4. En estos niveles de patología, el trabajo a nivel de “conflicto” no solamente resulta inadecuado, sino hasta perjudicial, en el sentido de que distancia al analista del enfermo con sus devoluciones.

  5. El analista tiene que tener para con el enfermo una actitud de “honradez” entendiendo la misma como la disposición a identificarse con las posibilidades reales de representación del enfermo. No puede, ni debe pedir al enfermo ni a sí mismo, ir más allá de lo posible.

 

 

EN IMPLICACIONES TECNICAS EN EL TRABAJO PSICOANALITICO A LA LUZ DE LAS RELACIONES DE OBJETO

Encontramos una reflexión del Dr. Gállego para determinar en qué modo la teoría de las relaciones de objeto permite una amplia revisión de la teoría y la técnic
a psicoanalítica.

Dice así: “en nuestro criterio, ocho puntos básicos deben ser revisados para introducir la reflexión sobre las consiguientes modificaciones técnicas:

  1. La reconsideración de los contenidos específicos del inconsciente y consecuentemente, la revisión de los conceptos de represión y desrepresión.

  2. La significación de la transferencia y de la contratansferencia, en cuanto a su papel en la cura.

  3. El concepto de narcisismo, en su doble variante de narcisismo “normal” y “patológico”.

  4. La reconsideración de los aspectos destructivos presentes en el ser humano y su significación estructural.

  5. La situación edípica como organizadora de la experiencia vivencial del sujeto.

  6. La situación narcisística como organizadora de la experiencia vivencial del sujeto.

  7. La función de la relación terapéutica en el proceso de la “cura” y específicamente, la significación del “rapport” de análisis.

  8. Una reflexión de lo que se puede obtener en la cura y sus límites.

 

Este cuestionamiento es tan extenso que os recomiendo lo leáis en su libro determinadamente para terminar remarcando 6 puntos en el que hacer técnico:

  1. La evitación de la interpretación a una excesiva distancia de la capacidad yoica del sujeto.

  2. Limitar el uso de interpretaciones a nivel “genérico” que facilitan una experiencia de “cosificación” del enfermo y de la relación.

  3. La reducción sistemática de toda experiencia a la situación analítica por lo que supone de imposición de un marco de vivencia, que puede no ser el más válido para la expresividad del enfermo.

  4. La desestimación sistemática de las metas intermedias, tendiendo a valorarlas de una forma generalizada como “defensas”.

  5. El olvido en el proceso analítico de las partes “positivas” y creativas del sujeto centrando solamente la actitud interpretativa en lo “conflictivo”.

  6. La excesiva ritualización de la relación analítica con la justificación de la “neutralidad”, dificultando una relación más personalizada.

En la esencia de la actitud del analista en el proceso de la “cura”, está la posibilidad del mismo de confiar en su propia capacidad de “ayuda” y en qué medida, se identifica realmente con su función “`paterna”.

Habría que preguntarse, hasta que punto, la predilección por el sostenimiento de orientaciones instintivas está en relación con este hecho, en el sentido de que permiten concebir al ser humano como el depositario de fuerzas irracionales (pulsionales e instintivas) incontrolables y frente a las cuales, la única posibilidad es desculpabilizar al sujeto haciéndoselas presentes.

Esta falta de confianza en que el sujeto puede construir su destino, aunque no siempre se atreve a hacerlo, es también una coartada para evitar el “cambio” con lo que ello conlleva de revisión de la “estabilidad” que el sujeto viene manejando.

La posibilidad de “cambiar” tiene una mejor comprensión desde la expectativa de las relaciones de objeto por la prioridad que se da al aspecto interaccional en el mismo.

Esta orientación hace más responsable al sujeto de su existencia y al terapeuta en su función en la cura.

 

Dr. GALLEGO

LA DEPRESIVIDAD

 

La depresividad es una forma de relación que previene la aparición de la depresión clínicamente constituida. Hablaremos de la “depresividad” como una defensa ante la depresión.

Es una defensa, en la medida que evita la aparición de la clínica depresiva, y es la consecuencia de una mala elaboración de la situación simbiótica primaria.

Se trata de un compromiso caracterial que permite mantener una self-estima basada en la dependencia de un objeto externo idealizado que tiene que ser preservado como tal y a la par controlado por el sujeto, para compensar su sensación de pobreza y de destrucción interna.

En una forma de relación y de manejo de la realidad interna conducente a la creación y perseveración de un objeto externo como objeto idealizado y a la par, el logro a nivel de realidad o de fantasía, de su disponibilidad y actitud de aceptación hacia el sujeto.

Se trata, en definitiva, de poder creer que el objeto no se perderá, o que en todo caso, podrá ser recuperado aunque la sensación de vacío y de ansiedad nos habla continuamente de la falta de certeza y la desconfianza siempre presente.

El vacío, el desencanto y la desconfianza son a la par un reclamo para no ser abandonado y la referencia al carácter trágico que por el sujeto tendría el abandono.

Su sumisión y su sufrimiento son expresión de su necesidad, de su invalidez y de la no confianza en sí mismo, pe
ro también es una acusación, un reproche a la incapacidad “salvadora” del otro. Toda su clínica es la expresión de un “entregarse” y ponerse en manos del otro, pero en una dependencia tiránica e impositiva con una continua advertencia del daño que se le haría si se la abandona.

 

 

Los factores de identificación y de realidad en la cura de psicoterapia

 

El paciente acude a nosotros para curar, no con una pretensión perfeccionista de la personalidad.

Nuestro pensamiento y del grupo de trabajo del instituto-clínica de psicoterapia de Madrid se encuentra más próximo a la posición de NATCH al considerar que la orientación de la técnica hacia una investigación sistemática, no se hace sin daño del proceso curativo.

Pensemos que la interpretación es el medio de hacer llegar al paciente la realidad, que de otro modo será captada a ciegas muy lentamente. No es propiamente lo que cura, sino el vehículo que lleva al paciente a una valoración más sana de sí mismo, y a una capacidad de amar, que tiene que estar en el terapeuta. El motivo de este trabajo es la investigación de esa “otra cosa” que debe existir además y debajo de la interpretación, para que el proceso reparador sea fructífero.

Existe el peligro de que la teoría y la técnica psicoanalítica aislada de la realidad de los factores de evolución espontánea y de los intercambios afectivos, no interpretativos, tienda a organizarse como una formación obsesiva en el camino de la investigación de la fantasía, con la consiguiente merma de sus posibilidades terapéuticas.

Podemos decir en resumen, que la evolución del proceso psíquico se favorece a través de la relación interpersonal por tres mecanismos:

  1. Facilita al paciente una serie de posibilidades de identificación.

  2. Sirve de antídoto a la actividad fantasmática del enfermo, reforzando el sentido de realidad.

  3. Tiende a aumentar la autoestima del enfermo, a través de la valoración que el otro transmite sobre él. Esto permite al enfermo experimentar sentimientos y progresar en la dirección al objeto.

 

Además existen por lo menos, dos razones para moderar y administrar la actitud interpretativa:

 

  1. Toda posibilidad de elaboración del enfermo precisa de una base de sustentación que le permita creer en su propia capacidad de hacer. Si se la mantiene en un mundo regresivo, sin dar apoyo al yo, las dificultades son máximas.

  2. Algunas identificaciones parciales, aunque tengan un carácter maniaco, deben ser transitoriamente respetadas, siempre cuando no comprometan el curso general de la cura, porque con frecuencia, son un paso previo para identificaciones más maduras.

 

 

EL PENSAMIENTO EVACUATORIO

El pensamiento “evacuatorio”, que se da con especial intensidad en la patología psíquica “grave”, con la siguiente perturbación de la noción de identidad del sujeto, aparece también en firmas más discriminadas de relación, originando una vivencia “cosificada” del “sí mismo” y del objeto que perturba en alto grado la capacidad de empatía en general y en la propia situación analítica, y en consecuencia, el logro de los necesarios “puntos de encuentro” para el proceso de cambio en la “cura”. Crea, no solamente un falseamiento de la propia imagen y de los objetos significativos, sino una deshumanización y una dificultad de “encuentro” entre los mismos.

En esta situación de renegación del objeto “externo” y de utilización del mismo como puro soporte de las necesidades “evacuatorias”, es pertinente plantearse cual puede ser la naturaleza de la acción terapéutica, y cuales sus posibilidades.

Entendemos que existen dos procesos que deben ser tenidos en cuenta y que se desarrollan paralelamente. Por una parte, la conceptualización y la nominación de las identificaciones proyectivas, más allá de la significación mágica que se les asigna y su discriminación en cuanto a la pertenencia, y por la otra, el reaseguramiento del sujeto mediante la “contención” y la presencia del analista, que no se destruye por efecto de esas mismas identificaciones, aportando una confirmación del carácter ficticio ligado a las mismas. La capacidad de “rêverie”, ahora del analista, y la forma nueva de relación que posibilita, será la base a través de la cual el proceso de cabio se hace posible. Con paciencia y teniendo siempre presente que esta forma “cosificada y patológica” de relación, es en ese momento la única posible para el paciente. Crear y mantener una relación significativa, especialmente con enfermos en regresión, es una tarea más importante que la de dar interpretaciones correctas.

 

Para terminar diré que sería incompleto glosar la figura profesional del Dr. Gállego sin referirme a su figura humana en el sentido más profundo y pleno de esta palabra. Su bondad, su generosidad, su optimismo, su vitalidad, su capacidad para desconflictuar, su sabiduría metódica forjada en la experiencia, hacen de él una figura irrepetible. Pero afortunadamente nos queda su obra escrita, su obra sembrada y su ejemplo como persona.

 

 


 

*Dr Daniel Valiente Gomes

Miembro Didacta del Centro Psicoanalítico de Madrid